El jefe de la Dirección de Operaciones, el mayor general Oded Basiuk, se reunió con el nuevo jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, y le presentó su solicitud para retirarse de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) después de cuatro años en el cargo. Zamir aceptó la petición, aunque le pidió que permaneciera en su puesto durante los próximos meses debido a los desafíos operativos que enfrenta el ejército.
Purga en las FDI tras el nuevo jefe del Estado Mayor
Durante este proceso de retiro, Basiuk se unió a otras figuras clave, como el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, y el comandante del Comando Sur, el general de división Yaron Finkelman, quienes también anunciaron su salida en los últimos meses. Este cambio en la cúpula militar, que incluye a quienes estuvieron al mando durante los eventos del 7 de octubre, se formalizará con la ceremonia de intercambio programada para el miércoles, donde Halevi entregará el mando a Zamir.
Según el medio israelí N12, se ha hablado de una “limpieza de los establos”, un cambio radical en el alto mando de las FDI como parte de la estrategia del nuevo jefe de Estado Mayor. La idea es que la confianza pública no podrá recuperarse hasta que todos los responsables del fracaso del “Sábado Negro” sean destituidos de sus puestos.
Entre los generales bajo escrutinio se encuentran el jefe de Inteligencia Militar, Shlomi Binder; el comandante del Comando del Frente Interno, Rafi Milo; el comandante de la Fuerza Aérea, Tomer Bar; y Basiuk, quien podría haber intentado adelantarse a un cambio inminente. El pasado fin de semana se publicaron los resultados de las investigaciones de las FDI sobre los eventos del 7 de octubre, revelando fallos operativos y de inteligencia significativos.
Fallos y señalamientos tras el 7 de octubre
Los informes reflejan una mentalidad compartida entre los líderes de las instituciones de seguridad: la subestimación de Gaza como una amenaza seria, la dependencia excesiva de la barrera de seguridad y la creencia errónea de que la organización terrorista estaba disuadida y buscando un acuerdo.
Esta percepción fue duramente criticada por los residentes de la zona fronteriza, quienes protestaron tras la publicación de las investigaciones, exigiendo la destitución de todos los responsables. A pesar de las fallas que se le atribuyen a Basiuk, desde el “Sábado Negro”, él ha trabajado sin descanso para asegurar la seguridad de Israel durante la operación “Espada de Hierro”, enfrentando desafíos en múltiples frentes simultáneamente.
