Imagen: Una familia de migrantes, que incluye a dos niños, espera en la frontera de EE.UU. con México, en una fotografía de archivo. EFE/ Etienne Laurent
El Gobierno de Estados Unidos ha perdido el contacto con más de 32.000 menores migrantes no acompañados que ingresaron al país entre 2019 y 2023 y que fueron entregados bajo la custodia de un familiar o un patrocinador. No saben dónde se encuentran, cuál es su estado y, lo que es peor, podrían estar expuestos a varios peligros, como el tráfico de menores para explotación sexual o laboral, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional en el que se revela que estos menores no han acudido a sus citas en los tribunales de inmigración.
“Basado en nuestro trabajo de auditoría y según los funcionarios de ICE [el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, por sus siglas en inglés], los menores que no se presentan ante el tribunal corren mayor riesgo de trata, explotación o trabajo forzoso”, advierte el inspector general del DHS, Joseph Cuffari. Se trata de un «problema urgente» la forma como los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) rastrean a los niños no acompañados, según el mismo informe.
La investigación, que fue enviada este martes al Congreso, encontró que desde 2019 a 2023 más de 32.000 niños migrantes no acompañados no se presentaron a sus audiencias en las cortes de inmigración y las autoridades de inmigración «no pudieron dar cuenta» de su ubicación.
En el período estudiado, que abarca tanto las administraciones del expresidente Donald Trump (2017-2021) y del presidente Joe Biden, los funcionarios de inmigración han tomado custodia de 448.000 niños que ingresaron al país.
La presentación de los menores ante el tribunal de inmigración es «a menudo la única oportunidad que tiene el ICE de observar y evaluar a los niños migrantes» si son víctimas de trata u otros problemas de seguridad, asegura el reporte.
El ICE no emitió una notificación de comparecencia a la corte de inmigración a los más de 291.000 de menores que no fueron colocados en procedimientos de deportación.
Al no hacerlo a todos los niños migrantes, el ICE limita sus posibilidades de tener contacto con ellos cuando son liberados de la custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos, lo que reduce las oportunidades de verificar su seguridad.
Falta de coordinación
El informe reconoce la falta de coordinación y de comunicación entre las agencias gubernamentales y critica la labor del ICE, responsable de los procesos migratorios de estos menores, por no haber iniciado los trámites en la mayoría de los casos. Como uno de los ejemplos, el escrito plasma que no se habían dado citas al 84% de los 41.000 menores que correspondían a una de las oficinas del ICE revisadas.
Cuando cruzan la frontera sin acompañante, los menores son recibidos por agentes fronterizos que los transfieren a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. Los menores permanecen una media de 27 días bajo custodia de las autoridades estadounidenses antes de ser transferidos a su nuevo destino, generalmente con familiares, en muchos casos lejanos, que residen en el país y se hacen cargo de ellos.
Los que no tienen familiares en Estados Unidos, son recogidos por familias o centros de acogida. Informes anteriores ya pusieron en evidencia que no siempre se comprueban los datos de las familias de acogida, lo que hace temer por el bienestar de los menores y el peligro de que acaben en redes de tráfico de personas o sean sometidos a algún tipo de explotación, ya sea sexual o laboral.