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El presidente Joe Biden ha tomado la decisión de enviar personalmente a Roger Carstens, su enviado especial para la liberación de rehenes, al Líbano. Su misión es establecer contacto con las milicias que actualmente controlan partes de Siria, con la esperanza de lograr la liberación de Austin Tice. Según el gobierno estadounidense, existe la teoría de que Tice fue detenido por el régimen sirio, que habría montado la historia de su captura por grupos opositores como una cortina de humo.
El régimen de Assad, por su parte, ha rechazado rotundamente esta acusación, apuntando a grupos como Al Qaeda, el Estado Islámico y el Frente Al Nusra como responsables de los secuestros masivos, que a menudo se utilizaban para financiar sus actividades.
Al Jolani: el líder yihadista de Al Nusra
Uno de los actores clave en la situación de Tice es Abu Mohamed al Jolani, líder del Frente Al Nusra, grupo yihadista que inicialmente estuvo vinculado a Al Qaeda. Aunque el régimen de Assad sigue afirmando que las milicias islamistas fueron las responsables del secuestro de extranjeros, algunos informes sugieren que el grupo dirigido por Al Jolani, que se separó de Al Qaeda en 2017 para formar Hayat Tahrir al-Sham, podría haber estado involucrado. Al Jolani, un líder señalado por Estados Unidos como terrorista, ha sido relacionado con numerosos crímenes, incluidos los secuestros de civiles kurdos y ataques a la comunidad alauí, la secta a la que pertenece el régimen de Assad.
A pesar de su pasado violento, ha intentado presentarse como un interlocutor dispuesto a negociar, incluso con actores internacionales. Sin embargo, su implicación en el secuestro de periodistas y otros crímenes hace que la comunidad internacional se mantenga cautelosa en cuanto a cualquier tipo de acuerdo con él.
La amenaza yihadista y la peligrosa situación para los periodistas
Desde que comenzó la guerra en Siria en 2011, más de 700 periodistas han perdido la vida, convirtiendo al país en uno de los lugares más peligrosos para la profesión. La situación de Austin Tice se enmarca en un contexto más amplio de violencia contra la prensa, con el Estado Islámico siendo uno de los principales actores responsables de los secuestros y ejecuciones de periodistas, como ocurrió con los casos de James Foley y Steven Sotloff en 2014.