Estados Unidos ha reafirmado su apoyo al Plan de Autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental, describiéndolo como una solución «seria, creíble y realista» para el conflicto territorial que lleva décadas sin resolverse. Este respaldo fue confirmado en una reunión de alto nivel celebrada el pasado martes entre el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, en Washington, D.C.
En un comunicado posterior al encuentro, el Departamento de Estado de EEUU reiteró su postura favorable al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007. La propuesta marroquí es vista como un enfoque práctico para resolver el conflicto, que involucra a Marruecos, pero deja de lado al movimiento independentista saharaui, el Frente Polisario, respaldado por Argelia. Además, la reunión reafirmó el apoyo de EEUU al proceso político liderado por las Naciones Unidas, que busca una solución duradera a la disputa territorial.
Durante las conversaciones, ambos líderes expresaron su respaldo a los esfuerzos de Staffan de Mistura, el Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, para avanzar en las negociaciones. Este diálogo refleja la sólida alianza estratégica entre Estados Unidos y Marruecos, una relación que abarca no solo la estabilidad regional, sino también la cooperación en áreas humanitarias, económicas y de seguridad.
Blinken elogió el papel clave de Marruecos en la promoción de la paz en el Medio Oriente, destacando su contribución humanitaria a Gaza y sus esfuerzos por estabilizar la situación en Cisjordania. También subrayó el liderazgo de Marruecos en la mediación de conflictos, particularmente en Libia, y en abordar la inestabilidad en la región del Sahel.
La política de Estados Unidos respecto al Sáhara Occidental no ha cambiado a lo largo de varias administraciones. Desde que en 2020 el entonces presidente Donald Trump reconociera formalmente la soberanía de Marruecos sobre el territorio, la postura estadounidense ha mantenido un firme apoyo al plan de autonomía. Esta decisión, aunque polémica y criticada por algunos actores europeos y regionales, como Argelia, sigue siendo la base del enfoque político de Estados Unidos en la región bajo la administración de Joe Biden.
El plan de autonomía de Marruecos es considerado por Washington como la vía más viable para cumplir con las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental, al mismo tiempo que garantiza la integridad territorial de Marruecos. Esta postura se alinea con el consenso internacional más amplio que aboga por una solución política en lugar de militar al conflicto.
Además de contar con el respaldo de Estados Unidos, la propuesta de autonomía ha ganado apoyo de importantes actores internacionales. Países europeos como España, Alemania y los Países Bajos han expresado públicamente su respaldo al plan, mientras que Francia, a través de una carta del presidente Emmanuel Macron, ha reafirmado que el futuro del Sáhara Occidental debe estar bajo la soberanía marroquí.
Este creciente apoyo internacional refuerza la posición diplomática de Marruecos frente a la oposición de Argelia y el Frente Polisario, quienes siguen defendiendo la independencia del territorio. La colaboración estratégica entre Marruecos y Estados Unidos abarca también la lucha contra el terrorismo y la estabilidad regional, lo que subraya la importancia de su alianza a nivel global.