El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ordenó al Comando Cibernético de Estados Unidos que detuviera las operaciones cibernéticas ofensivas contra Rusia. El New York Times informó el día 2 que se sospecha que este movimiento es parte de los esfuerzos de la administración Trump para promover la participación de Rusia en las conversaciones de paz de Ucrania. Sin embargo, esta decisión ha causado preocupación entre los expertos, quienes consideran que podría debilitar la presión estratégica sobre Rusia.
Según un funcionario actual y dos ex funcionarios con conocimiento del asunto, la directiva de Hegseth es parte de la reevaluación integral del Pentágono de sus acciones contra Rusia. La orden se produce antes de un altercado público entre el presidente Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky el 28 de febrero. Su alcance específico y su oportunidad no están claros, porque la línea entre las operaciones cibernéticas ofensivas y defensivas es borrosa. Sin embargo, mantener la autoridad de vigilancia sobre la red rusa es crucial para comprender las intenciones negociadoras de Putin.
Los ex funcionarios señalaron que no es raro que las operaciones militares se suspendan durante negociaciones diplomáticas delicadas, con el objetivo de evitar interrumpir el proceso de consulta. Pero para Trump y Hegseth, la decisión fue una gran apuesta que podría hacer que Rusia se envalentonara más en el ciberespacio.
La medida es vista como parte del intento de Trump de negociar una solución negociada a la crisis de Ucrania, pero también significa que Estados Unidos está retrocediendo en el frente cibernético. Trump afirma ser un mediador neutral y quiere el fin de la guerra, pero los aliados europeos han enfatizado que su apoyo a Ucrania no ha cambiado.
El New York Times señaló que, a pesar de la marcha atrás de Estados Unidos, los ciberataques de Rusia contra Estados Unidos y sus aliados no se han detenido. En el último año, ha habido frecuentes ataques de ransomware a hospitales e infraestructuras estadounidenses originados en Rusia, la mayoría de los cuales han sido sancionados tácitamente por funcionarios rusos. Europa se enfrenta a amenazas de cables de comunicación cortados, bombardeos y complots de asesinato.
Es probable que el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido (GCHQ) y los servicios de inteligencia canadienses continúen contrarrestando a Rusia, mientras que Estados Unidos puede centrar su atención en China, un fuerte rival en el dominio cibernético.
La decisión desató polémica en Estados Unidos. El senador demócrata Chuck Schumer criticó la medida de Trump como un “pase libre” a Putin, calificándola de “error estratégico”. El secretario de Estado Rubio enfatizó que incluir a Rusia en las conversaciones es una prioridad, pero no está claro si Putin está dispuesto a comprometerse. Queda por ver cómo ha cambiado la política de la administración Trump hacia Rusia y sus implicaciones.