El gobierno de Venezuela arremetió este domingo contra Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea (UE) para Seguridad y Asuntos Exteriores, calificándolo como un «vocero del mal» tras sus recientes declaraciones en las que tildaba al ejecutivo de Nicolás Maduro de «dictatorial» y «autoritario». Yván Gil, ministro de Exteriores venezolano, respondió a través de Telegram, afirmando que Borrell ha fracasado en sus intentos de dañar a Venezuela, describiéndolo como una figura que deja un «oscuro legado», al haber transformado a la UE en una «institución decrépita, colonialista y guerrerista».
Borrell, durante una entrevista emitida por la cadena Telecinco en España, había señalado que en Venezuela los partidos políticos enfrentan «mil limitaciones», y recordó la reciente salida del país del líder opositor Edmundo González Urrutia, quien ha solicitado asilo en España. Según Borrell, la situación en Venezuela es clara: «esto es un régimen dictatorial, autoritario«, afirmó, cuestionando la libertad y los derechos en el país sudamericano.
En su entrevista, el alto representante de la UE también subrayó que más de 2.000 personas han sido detenidas arbitrariamente tras las elecciones, mientras que millones de venezolanos han huido de la nación debido a la crisis. «El líder de la oposición ha tenido que huir. ¿Cómo se llama a todo eso?», añadió Borrell, enfatizando la gravedad de la situación política y social en Venezuela.
Este enfrentamiento no es nuevo. En agosto, el gobierno venezolano ya había acusado a Borrell de apoyar un «golpe de Estado fascista» tras la publicación de un comunicado en el que la UE expresaba que no se había presentado la «evidencia pública necesaria» para confirmar la reelección de Maduro. Para el régimen de Maduro, las críticas de Borrell son parte de una estrategia fallida para crear «gobiernos ficticios» y dañar la soberanía venezolana.