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Este martes, Tim Walz y J.D. Vance se convirtieron en los principales defensores de las campañas presidenciales demócrata y republicana durante el único debate entre ambos, el cual será probablemente su última oportunidad para exponer sus programas o criticar al oponente ante una audiencia nacional. El veterano gobernador de Minnesota, Walz, y el joven senador por Ohio, Vance, se enfrentaron en un duelo que, aunque no determinó un claro ganador, dejó a Vance mejor posicionado frente a las cámaras. A pesar del formato rígido de preguntas y respuestas, ambos mantuvieron un tono cortés que permitió un debate fluido.
Cortesía en el debate, diferencias en los programas
El cara a cara se desarrolló en un ambiente respetuoso, con Vance mostrando confianza y Walz adoptando un tono campechano, que por momentos rozó la simpleza, aunque mejoró conforme avanzaba el debate. A diferencia de los ásperos intercambios entre Donald Trump y Joe Biden, el debate fue más civilizado. Sin embargo, la cortesía no ocultó las profundas diferencias entre ambos candidatos, particularmente en temas clave como inmigración, economía y el estado de la democracia en Estados Unidos.
Trump y Harris, protagonistas indirectos
El nombre de Donald Trump apareció con frecuencia durante el debate, junto al de la vicepresidenta Kamala Harris, mientras ambos candidatos evitaban comprometerse demasiado en sus respuestas. Cuando se les preguntó sobre temas como el aborto o la política exterior, especialmente en relación con el conflicto en Oriente Próximo, ambos esquivaron las respuestas directas sobre si apoyarían un ataque preventivo de Israel a Irán. Vance elogió la estabilidad mundial que, según él, Trump trajo durante su mandato, mientras que Walz lo calificó como un peligro global.
Inmigración, economía y aborto: puntos de choque
La inmigración y la economía fueron los temas que generaron mayor contraste entre ambos. Vance, siguiendo la retórica republicana, subrayó que había 25 millones de inmigrantes irregulares en el país, a quienes acusó de quitar empleo y vivienda a los estadounidenses, y defendió la necesidad de construir un muro fronterizo. Por su parte, el demócrata criticó esta postura, acusando a su oponente de deshumanizar a los inmigrantes y destacó que la Administración Trump torpedeó una iniciativa que buscaba reforzar la seguridad en la frontera con más agentes.
La economía también fue un tema de fuerte contraste. Walz defendió las medidas sociales del gobierno actual, como el control de precios de la insulina y el apoyo a las familias con créditos fiscales. En respuesta, el republicano culpó a Harris de no haber tomado medidas efectivas para frenar la inflación, argumentando que bajo el mandato de Trump la economía estaba mejor, con una inflación controlada.
Aborto: el tema que divide
El aborto también fue un tema clave del debate. El candidato a vicepresidente demócrata, al ser cuestionado por la moderadora sobre su apoyo a las leyes menos restrictivas de Minnesota, evitó una respuesta directa, enfocándose en las consecuencias mortales de las prohibiciones en otros estados. Vance, por su parte, defendió la postura republicana de dejar la regulación del aborto en manos de los estados, argumentando que Estados Unidos es un país diverso y complejo.