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21 Apr 2025
21 Apr 2025
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El Ejército de EE. UU. apuesta por drones impresos en 3D para simular ataques y entrenar tropas

El Ejército estadounidense desarrolla drones baratos con impresión 3D para entrenamientos más realistas frente a amenazas aéreas. El enfoque busca eficiencia, bajo costo y escalabilidad para adaptarse a conflictos modernos

El Ejército de Estados Unidos está recurriendo a la tecnología de impresión 3D para fabricar una flota de drones económicos conocidos como “aviones señuelo”, diseñados específicamente para que las tropas en el terreno entrenen con mayor realismo frente a simulacros de ataques con enjambres aéreos.

Según informó Breaking Defense, altos mandos del Ejército confirmaron que el objetivo principal es replicar rápidamente patrones de amenazas aéreas enemigas con un presupuesto muy limitado. Actualmente se lleva a cabo una fase piloto de producción restringida, y en los próximos meses se evaluará su expansión con el fin de fortalecer las capacidades defensivas y de respuesta del personal en combate.

El general James Rainey, jefe del Comando de Futuros del Ejército, subrayó que la prioridad más apremiante es que las fuerzas en primera línea, como los tripulantes de vehículos blindados Bradley, enfrenten escenarios de entrenamiento que simulen ataques múltiples con drones. Rainey enfatizó que un componente clave del programa es mantener los costos al mínimo, por lo que los drones deben ser “extremadamente baratos” y prescindir de sensores o cámaras avanzadas.

El informe destaca que esta estrategia de replicar amenazas con bajo costo está claramente influenciada por experiencias recientes en Ucrania y Myanmar, donde se ha demostrado que la impresión 3D permite construir drones funcionales en masa con aplicaciones reales en conflictos.

El proyecto, conocido internamente como “Sprint Plan”, es desarrollado por la veterana 101ª División Aerotransportada en colaboración con el Comando de Material del Ejército (AMC). Según el comandante interino del AMC, teniente general Christopher Mohan, la iniciativa aún se encuentra en una etapa inicial, con una capacidad de producción de unos 10 drones pequeños por semana, cada uno con un peso inferior a 9 kg.

La fabricación está repartida entre distintas instalaciones. El Arsenal de Rock Island, en Illinois, imprime las estructuras principales, que luego se envían al Depósito del Ejército en Tobyhanna, Pensilvania, para el ensamblaje de los componentes electrónicos.

Mohan explicó que, tras verificar la viabilidad de la producción limitada, el siguiente paso será decidir si se amplía la capacidad. En caso de aprobarse una producción a gran escala, se prevé sustituir la impresión 3D por el moldeo por inyección, que permite fabricar en mayores volúmenes.

El teniente general estima que podrían fabricarse hasta 10.000 unidades mensuales si el proyecto se escala. Estos drones económicos estarían destinados principalmente a grandes centros de entrenamiento como el NTC y el JRTC, lo que permitirá realizar ejercicios más exigentes y realistas. La meta es ofrecer escenarios de combate más auténticos sin disparar los costos logísticos ni operativos.

En paralelo, la empresa Cummings Aerospace comenzará la producción a pequeña escala de su munición aérea Hellhound en sus nuevas instalaciones cercanas al Arsenal de Redstone, en Alabama. Según Defense News, la directora ejecutiva Sheila Cummings anunció que ya se completó el desarrollo del modelo Cerberus, que ha alcanzado el Nivel 7 de Preparación para la Producción, lo que implica procesos definidos y especificaciones claras.

El Arsenal de Redstone desempeña un papel crucial en el desarrollo de capacidades aéreas militares, y Cummings Aerospace, fundada en 2009 y de propiedad nativoamericana, fue seleccionada en 2021 para liderar este tipo de fabricación. El Cerberus pesa menos de 11,5 kg, alcanza velocidades superiores a los 563 km/h y tiene un alcance de más de 20 km con media carga de combustible.

Este verano, el Cerberus será sometido a pruebas de demostración ante fuerzas especiales, la Armada estadounidense y representantes del Reino Unido. Cada presentación requerirá entre 12 y 14 unidades, con el objetivo principal de validar la producción y preparar su ampliación.

Esta estrategia también refleja un cambio en el modelo de adquisiciones del Ejército, que ahora prioriza la capacidad de producción a gran escala y la resiliencia en la cadena de suministro. Cummings ha probado con éxito una versión del Cerberus impresa en 3D con motor turborreactor, la cual será presentada al programa LASSO del Ejército, que requiere 135 unidades en su primera fase.

Cummings recalcó que la guerra en Ucrania y las tensiones en Asia han evidenciado la necesidad urgente de garantizar cadenas de suministro estables. Por eso, el Cerberus cuenta con arquitectura modular y utiliza componentes estándar del mercado, lo que facilita el acceso a múltiples proveedores y reduce tanto los riesgos como los costos.

Además, la empresa evalúa licenciar el diseño a otras fábricas para incrementar su capacidad de producción. En su planta de Huntsville, espera fabricar al menos 100 drones al mes, con posibilidad de escalar según la demanda. “El reto ya no es innovar, sino demostrar que puedes escalar”, concluyó Cummings.

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