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La reciente victoria electoral de Donald Trump ha resultado decisiva para librarlo de responder ante la justicia en las dos causas criminales federales más relevantes en su contra. Este lunes, el fiscal especial Jack Smith anunció la retirada de los cargos relacionados con su intento de revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, que culminaron en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, y con la retención de documentos clasificados tras su salida de la Casa Blanca.
Desde que Trump fue declarado ganador el 6 de noviembre, el desenlace era previsible: el Departamento de Justicia tiene una política de no procesar a presidentes en ejercicio, y Trump asumirá su segundo mandato el próximo 20 de enero.
Justificación del fiscal Smith
En su solicitud de desestimar los cargos relacionados con las elecciones de 2020, Smith destacó que la prohibición de procesar a un presidente en funciones «es categórica» y no menoscaba la gravedad de los delitos imputados ni la solidez de las pruebas. Sin embargo, aclaró que la desestimación es «sin efecto de cosa juzgada», lo que deja abierta la posibilidad de reactivar la causa una vez concluido el mandato de Trump.
Un escrito similar se presentó en el caso de los documentos clasificados hallados en Mar-a-Lago. Este proceso fue previamente desestimado por una jueza en Florida, quien argumentó que el nombramiento de Smith como fiscal especial no era constitucional.
La estrategia legal de Trump
La defensa de Trump ha sido clave para su éxito judicial. El expresidente calificó las causas como «ilegales» y un «robo político» en un comunicado tras la decisión de Smith. Además, su equipo ya prepara movimientos para reformar el Departamento de Justicia con aliados cercanos, incluyendo una fiscal general que ha abogado por perseguir a los responsables de las investigaciones contra él.
Un precedente judicial histórico
El caso de Trump marca un hito en la historia de Estados Unidos: nunca un expresidente había enfrentado imputaciones criminales de tal envergadura. A lo largo del último año, Trump enfrentó cuatro acusaciones, dos federales y dos estatales. Estas últimas también parecen haber perdido fuerza tras los recientes acontecimientos.
La causa en Nueva York, relacionada con la falsificación de documentos financieros para ocultar un escándalo con la actriz Stormy Daniels, fue la única que llegó a juicio. Aunque fue declarado culpable, la vista de sentencia está en duda, dado el contexto político y judicial actual.
Factores de su absolución
La salida de Trump de estas acusaciones combina múltiples factores: una defensa legal estratégica que retrasó los procedimientos, el respaldo del Tribunal Supremo al ampliar la inmunidad presidencial y los errores de las fiscalías. Incluso situaciones polémicas, como un romance entre una fiscal en Atlanta y uno de sus subordinados, complicaron la credibilidad de las acusaciones.