El sábado, las autoridades libanesas arrestaron a más de 25 personas tras un ataque contra un convoy de las Naciones Unidas que dejó dos cascos azules heridos, según el ministro del Interior Ahmad al-Hajjar. El ataque ocurrió el viernes, cuando partidarios de Hizbulá bloqueaban la carretera al único aeropuerto internacional del país en protesta por una decisión que prohíbe el aterrizaje de dos aviones iraníes. La ONU y las autoridades libanesas condenaron el incidente, exigiendo una investigación completa.
25 detenidos y múltiples disturbios
El ministro al-Hajjar informó que más de 25 personas fueron detenidas por la inteligencia del ejército libanés, mientras que otra fue arrestada por los servicios de seguridad. No obstante, destacó que los detenidos no son necesariamente responsables directos del ataque y que las investigaciones determinarán la identidad de los culpables. Tras el incidente, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (Unifil) exigió una “investigación completa e inmediata”, luego de que uno de sus vehículos fuera incendiado y dos cascos azules resultaran heridos.
El presidente Joseph Aoun prometió que los atacantes serían castigados y que las fuerzas de seguridad actuarían con firmeza contra quienes intenten alterar la paz y la estabilidad del país. Este ataque ocurrió en un contexto de creciente tensión, tras la suspensión de vuelos iraníes a Beirut, luego de que Israel acusara a Irán de utilizar aviones civiles para contrabandear dinero y armas para Hizbulá. Como respuesta, protestas lideradas por Hizbulá bloquearon el acceso al aeropuerto y provocaron disturbios en la capital libanesa.
El sábado, Irán expresó su disposición a entablar “conversaciones constructivas” con Líbano para resolver la crisis de los vuelos Teherán-Beirut, después de que se prohibiera a las aerolíneas libanesas repatriar a ciudadanos varados en Irán. En paralelo, Hizbulá organizó una sentada masiva cerca del aeropuerto en protesta contra la supuesta intervención israelí y la violación de la soberanía nacional, pero las fuerzas de seguridad dispersaron la manifestación con gases lacrimógenos.
El domingo, Israel lanzó una serie de ataques aéreos en diversas zonas del Líbano, coincidiendo con el funeral de los exlíderes de Hizbulá, Hassan Nasrallah y Hashem Safieddine. Cientos de miles de partidarios se reunieron en el sur de Beirut para rendir homenaje, muchos vestidos de negro y sosteniendo fotos de Nasrallah y banderas de Hizbulá. Algunos asistentes se sentaban en el suelo, mientras otros seguían los discursos grabados de Nasrallah en pantallas gigantes, en un evento cargado de simbolismo y tensión política.
Varios miles de personas
El funeral se llevó a cabo en el estadio Camille Chamoun Sports City, que fue ampliado para albergar hasta 78,000 personas, y se habilitaron otros 60,000 espacios adicionales fuera del estadio. Durante la ceremonia, el nuevo líder de Hizbulá, Naim Qassem, juró seguir el “camino” de Nasrallah, comprometiéndose a continuar con la lucha del grupo.
Mientras tanto, aviones de combate israelíes realizaron ataques aéreos en el sur del Líbano y en áreas cercanas a Baalbek, en el valle de Beqaa. Según los informes, los ataques se dirigieron a varias zonas, incluidos los alrededores de Bodai, las montañas de Hermel y otras localidades cercanas. Israel también atacó áreas cercanas a Ansar y el valle cerca de Maaroub, mientras intensificaba su actividad con drones sobre Jabal al-Rihan.
El ejército israelí confirmó la realización de estos ataques aéreos, alegando que su objetivo era un sitio militar que contenía lanzacohetes y equipo militar. Sin embargo, estos ataques violan un acuerdo de alto el fuego firmado entre Israel y Líbano en noviembre de 2024. En respuesta, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que cualquier amenaza contra Israel tendría consecuencias fatales, subrayando la creciente tensión en la región.