El flujo de migración que está viviendo España en los últimos meses ha generado un cierto conflicto político. Por este motivo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido llevar a cabo una gira africana con el fin de visitar tres países, Mauritania, Senegal y Gambia, para reunirse con los presidentes de dicho países y así encontrar una solución de manera conjunta.
Este problema también afecta a Italia, donde el Gobierno de Meloni llegó a bloquear un barco de Médicos Sin Fronteras, por realizar más de una misión de salvamento.
Durante su audiencia general semanal en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco expresó con firmeza su condena al tratamiento que reciben los migrantes que intentan cruzar el mar Mediterráneo en busca de un futuro mejor en Europa. El Sumo Pontífice calificó como un «pecado grave» la decisión de no brindar asistencia a las embarcaciones que transportan a estas personas vulnerables.
Francisco apuntó directamente a aquellos que, «sistemáticamente y con todos los medios, trabajan para rechazar a los migrantes». Con un lenguaje contundente, destacó que cuando estas acciones se realizan con plena conciencia y responsabilidad, se convierten en un pecado grave, reflejando la urgentísima necesidad de una respuesta humanitaria más efectiva.
El Papa Francisco considera que las deportaciones son un «pecado grave»
El tema de la migración ha sido un foco recurrente en el papado del líder católico, que se extiende por más de 11 años. Sin embargo, sus declaraciones recientes han resuena con particular gravedad en un contexto marcado por el sufrimiento humanitario. Según la Organización Internacional para las Migraciones, se estima que más de 30,000 migrantes han desaparecido en el Mediterráneo desde 2014, lo que subraya la urgencia de una acción política y social más compasiva.
La situación se ha intensificado en Italia, donde la organización benéfica Médicos Sin Fronteras ha enfrentado la reciente impugnación de su operación de rescate, siendo obligada a detener su barco por supuestas irregularidades en la comunicación. En respuesta, la organización defendió su accionar como un cumplimiento de su deber de salvar vidas, frente a la creciente presión del gobierno.
El Papa también hizo un llamado para ampliar las rutas de acceso seguros para migrantes, promoviendo una «gobernanza global de la migración» fundamentada en principios de justicia, fraternidad y solidaridad. Advirtió que militarizar las fronteras no es una solución viable a este problema humanitario.
Esta audiencia constituyó la última antes de la inminente visita del Papa a cuatro países del sudeste asiático, programada del 2 al 13 de septiembre, reiterando su compromiso con la promoción de la dignidad humana en condiciones de vulnerabilidad.