El presidente de Taiwán, William Lai, reafirmó el compromiso de su Gobierno con la defensa del sistema democrático de la isla frente a las crecientes amenazas externas, específicamente de China. Estas declaraciones se producen poco después de que Pekín anunciara maniobras militares alrededor de Taiwán, en un contexto de tensiones persistentes entre ambos países.
Lai, conocido por su postura soberanista, afirmó que su administración continuará defendiendo la libertad y democracia de Taiwán ante las acciones desestabilizadoras de China, que busca alterar la paz en la región.
El mandatario expresó en su cuenta oficial de Facebook que las maniobras chinas tienen como objetivo socavar la estabilidad regional y utilizan la coerción militar contra sus vecinos, algo que, según él, no está alineado con las expectativas de la comunidad internacional.
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Pese a las provocaciones, Lai destacó la voluntad de Taiwán de mantener la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán, y reiteró su llamado al diálogo con China, basado en el respeto mutuo y la igualdad.
Para enfrentar la situación, Lai convocó a una reunión de seguridad nacional con altos funcionarios, incluida la vicepresidenta Hsiao Bi-khim, el ministro de Defensa Wellington Koo y el secretario general del Consejo de Seguridad Nacional, Joseph Wu.
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Durante esta reunión, el Gobierno taiwanés subrayó que sigue de cerca los movimientos del Ejército chino en tiempo real y tiene un conocimiento detallado de la situación. Asimismo, Lai aseguró que se priorizará el bienestar de la población y la estabilidad social ante cualquier eventualidad.
Por otro lado, el mandatario taiwanés insistió en que Taiwán está dispuesto a cooperar con China para lograr la paz y prosperidad compartidas, buscando el bienestar de los ciudadanos de ambos lados del Estrecho.
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Estas declaraciones han tenido lugar tras el anuncio de Pekín de las maniobras militares Joint Sword-2024B, que simulan un bloqueo y la toma de control de puertos clave de la isla, además de ataques a objetivos navales y terrestres.
Este tipo de ejercicios, que involucran a las fuerzas terrestres, navales y aéreas chinas, se han repetido en cinco ocasiones desde 2022, como respuesta a lo que Pekín considera provocaciones de las fuerzas secesionistas taiwanesas. La tensión entre ambas naciones alcanzó un punto crítico tras la visita de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a la isla.
