El primer ministro jordano, Bisher Khasawneh, presentó su dimisión, según informaron funcionarios familiarizados con el asunto, menos de una semana después de una elección parlamentaria que mostró algunos avances para la oposición islamista en el reino aliado de Estados Unidos.
Se espera que Jafar Hassan, actual jefe de la oficina del rey Abdullah y exministro de Planificación, reemplace a Khasawneh. Este cambio se produce tras casi cuatro años de servicio por parte de Khasawneh, un veterano diplomático y exasesor de palacio. La información fue proporcionada a Reuters bajo condición de anonimato.
Perfil tecnócrata frente al avance del islamismo y la delicada situación económica
Jafar Hassan, con un doctorado en ciencias políticas de la Universidad de Ginebra y una maestría en administración pública de la Universidad de Harvard, asumirá el cargo de primer ministro en reemplazo de Bisher Al-Khasawneh, quien renunció el domingo tras unas elecciones parlamentarias. Al-Khasawneh ocupó el cargo desde 2020.
Hassan, ahora encargado de formar un nuevo gabinete, deberá enfrentar una serie de retos políticos significativos, incluyendo una economía debilitada y un creciente descontento colectivo en relación con la guerra entre Israel y Hamás. Aunque Jordania mantiene un acuerdo de paz con Israel, la población palestina en el país es muy numerosa, lo que intensifica el impacto del conflicto en el reino.
En las elecciones parlamentarias de la semana pasada, un partido islamista ganó terreno, en parte debido al descontento generado por la guerra en Gaza. Hassan deberá mitigar las repercusiones de este conflicto en la economía jordana, que ya enfrenta desafíos debido a las restricciones a la inversión y una fuerte caída del turismo.
El primer ministro saliente había tratado de implementar reformas impulsadas por el rey Abdullah para revertir una década de lento crecimiento económico, que se situaba alrededor del dos por ciento y que se agravó con la pandemia y los conflictos en los vecinos Irak y Siria.
FMI pone el foco en la débil economía jordana
La oposición de los Hermanos Musulmanes, aliados ideológicos del grupo terrorista palestino Hamás, logró avances significativos en las elecciones del martes, impulsados por la ira provocada por la guerra entre Israel y Hamás en Gaza. La nueva composición del parlamento de 138 miembros mantiene una mayoría progubernamental, pero una oposición islamista más ruidosa podría desafiar las reformas de libre mercado y la política exterior respaldada por el FMI.
El Frente de Acción Islámica (FAI), brazo político de los Hermanos Musulmanes y principal partido de la oposición en Jordania, obtuvo 31 de los 138 escaños en el Parlamento. Este resultado le otorga a los islamistas su mayor representación desde 1989. Según analistas, el resultado electoral fue influenciado por el conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás en la Franja de Gaza.
Jordania, que firmó un tratado de paz con Israel en 1994, convirtiéndose en el segundo país árabe en hacerlo después de Egipto, enfrenta tensiones geopolíticas persistentes y la cuestión palestina, que podrían amenazar la estabilidad del país. Este será uno de los grandes retos, o incluso el principal desafío, que el nuevo primer ministro deberá enfrentar.