Un ataque aéreo israelí en el sur del Líbano ha resultado en la muerte de al menos diez personas y ha dejado a cinco más heridas, en el que se considera el ataque israelí más letal en la región desde el inicio del conflicto reciente. El ataque, que ocurrió pasada la medianoche del viernes al sábado, ha centrado su objetivo en una fábrica de cemento ubicada en la zona industrial de Toul al Kfour, en la localidad de Nabatiyeh.
Detalles del ataque
El Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Salud libanés ha confirmado que entre las víctimas fatales se encuentran varios miembros de la familia del propietario de la fábrica, incluyendo su esposa y sus dos hijos. Los informes iniciales indican que los muertos son en su mayoría de nacionalidad siria, y que entre los heridos hay una libanesa y un sudanés, además de tres sirios, dos de los cuales están en estado grave. El ataque se llevó a cabo a aproximadamente la 1:20 a.m. (22:20 GMT) del viernes, cuando aviones de combate israelíes lanzaron misiles contra la fábrica de cemento y piedra en las afueras de Al Kfour. Las autoridades libanesas han descrito el incidente como una «masacre israelí» y están a la espera de realizar una verificación completa de las identidades de las víctimas para ofrecer un balance final y exacto del ataque.
En respuesta a las críticas internacionales, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han emitido un comunicado en el que justifican el ataque como una ofensiva contra objetivos «terroristas». Según la FDI, el ataque aéreo formaba parte de una operación más amplia dirigida a instalaciones militares y almacenes de armas del grupo libanés Hezbolá. En el comunicado, las FDI detallaron que los ataques se llevaron a cabo en las zonas de Hanin y Marun al Ras, en el sur del Líbano, así como en un almacén de armas en Nabatieh.
Además, las fuerzas israelíes reconocieron haber realizado ataques de artillería en las localidades de Ramish, Lavona, Kfar Shoba y Aita al Sha’ab. La justificación proporcionada por Israel sugiere que el ataque fue parte de una campaña más amplia para neutralizar lo que consideran amenazas de Hezbolá, un grupo militante chií que ha estado en conflicto con Israel durante años.
El ataque en Nabatiyeh ha tenido un impacto devastador en la población local, particularmente en la familia que dirigía la fábrica de cemento. Además de las víctimas mortales y los heridos, el ataque ha generado una ola de incertidumbre y miedo en las comunidades cercanas. Las autoridades libanesas y organizaciones humanitarias están trabajando para proporcionar asistencia a los afectados y para tratar de mitigar el impacto del conflicto en la población civil.