Imagen: Alex Salmond y Nicola Sturgeon, líderes del nacionalismo escocés- Daily Record
Aunque finalmente los escoceses votaron a favor de permanecer en el Reino Unido (55,3% a favor de la permanencia y 44,7% a favor de la independencia), el referéndum resultó en que Escocia obtuviera más poderes, los cuales han demostrado su capacidad para generar «un impacto positivo en la vida de los escoceses».
Diez años después, el apoyo a la secesión permanece inalterado. El 44% de los escoceses votaría hoy a favor de abandonar Reino Unido, según la encuesta de YouGov, casi el mismo porcentaje (45%) que votó por el “sí” en 2014. Sin embargo, los nacionalistas carecen de una estrategia clara, líderes carismáticos o un programa político definido.
El SNP sigue al frente del Ejecutivo de Edimburgo, pero el independentismo lleva tiempo atascado. En la última década, han tenido cuatro líderes distintos (tres de ellos sólo en los últimos dos años). En las elecciones generales de julio sufrieron un auténtico descalabro, pasando de 43 a 9 escaños. La formación, que tras la derrota en la consulta alcanzó un número récord de afiliados (más de 100.000), ha sufrido ahora un éxodo a favor del laborismo, que podría poner fin a dos décadas de dominio nacionalista en el parlamento de Holyrood en los comicios escoceses previstos para 2026.
La crisis del nacionalismo escocés
El dúo formado por Alex Salmond y Nicola Sturgeon está roto. Ella ha sido detenida en un proceso en el que su marido, antiguo director ejecutivo del partido, ha sido acusado de malversación de fondos. Él fue acusado de múltiples casos de conducta sexual inapropiada (de los que fue absuelto) y ha formado un nuevo partido, Alba, que ha tenido como efecto la dispersión aún mayor del voto.
Pese a que los independentistas aceptaron en su día que el referéndum de 2014 sería “único en una generación”, consideran ahora que el Brexit ha cambiado por completo las reglas del juego, ya que una Escocia independiente podría ser miembro de la UE. El problema es que se encuentran en luchas intestinas (factor común a los independentismos, véase el caso catalán), sin ser capaces de desarrollar un programa político coherente, dando esperanzas a sus seguidores de que una nueva consulta es inminente, cuando está claramente fuera de la agenda.
En Glasgow, la capital del país, Alex Salmond ha aprovechado el aniversario para reivindicar el protagonismo perdido. «Tenemos que poner fin a una serie de humillaciones, capitulaciones y rendiciones en este país», proclamó ante poco más de doscientos independentistas en George Square. «Los 10 años de mandato que hemos tenido para un nuevo referéndum no han servido de nada. En Escocia tenemos hoy un Parlamento zombie”. Por otro lado, Sturgeon ha aprovechado el aniversario para declarar que «nos estrellamos contra el muro de Westminster«. Asimismo, ha afirmado que «una sacudida en el Gobierno del Reino Unido hará factible la reunificación de Irlanda, mayor autonomía para Gales y eventualmente la independencia para Escocia. Yo haré campaña por eso hasta el último aliento«.