La ministra de Sanidad, Mónica García, ha reafirmado este miércoles el firme respaldo de España a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un momento en que el organismo atraviesa una etapa de descrédito motivada por narrativas negacionistas y recortes presupuestarios, especialmente por parte de Estados Unidos.
Durante su intervención en la VII edición del Forbes Summit Healthcare 2025, organizado por la revista Forbes, García lamentó que la OMS haya sido “injustamente señalada” tanto por su gestión de la pandemia como en el actual contexto internacional. En sus palabras, subrayó la importancia de que el organismo “salga fortalecido” como eje central de la arquitectura sanitaria global.
En este sentido, reivindicó el papel activo de España en la promoción del tratado internacional sobre pandemias, destacando que el país “puede sentirse orgulloso” de su implicación en la negociación de un acuerdo que considera fundamental para afrontar futuras emergencias sanitarias.
La titular de Sanidad también alertó sobre la erosión del consenso internacional y el debilitamiento del sistema multilateral, un fenómeno que vinculó con la fractura geopolítica generada por decisiones como la guerra comercial impulsada por el expresidente Donald Trump y las posturas aislacionistas adoptadas desde entonces por diversas potencias.
Asimismo, García expresó su preocupación ante la creciente tendencia a desacreditar la ciencia y las instituciones públicas. En particular, señaló la coincidencia entre las críticas del Gobierno estadounidense a la universidad pública y las posiciones de ciertos líderes políticos que, en su opinión, se encuentran “en pie de guerra” contra espacios clave del pensamiento científico y del debate plural.
A su juicio, estos sectores buscan “debilitar la ciencia, restringir la diversidad de ideas y socavar el pensamiento crítico”, lo que representa una amenaza directa a las bases del conocimiento compartido y al progreso colectivo.
Frente a estas dinámicas, García defendió que España está “más comprometida que nunca” con el multilateralismo, la salud global y el fortalecimiento de las instituciones internacionales, a las que definió como garantes de “la vida y los derechos de todas las personas, sin distinción”.