La lucha contra las prácticas monopolísticas de las grandes tecnológicas alcanzó un punto crítico este miércoles en Estados Unidos. El Departamento de Justicia, junto con fiscales estatales, busca implementar una serie de medidas contra Google tras una decisión judicial que dictaminó que la compañía había abusado de su posición dominante en el mercado de búsquedas en internet.
Las propuestas incluyen deshacerse de su navegador Chrome, aislar el sistema operativo Android, permitir licencias de su motor de búsqueda a rivales y terminar con acuerdos preferenciales como el que mantiene con Apple. Además, Google estaría bajo supervisión estricta durante los próximos 10 años.
Un terremoto comparable al caso Microsoft
De prosperar estas propuestas, sería la mayor intervención contra una compañía tecnológica desde que un tribunal ordenó en el año 2000 dividir Microsoft, aunque esta decisión fue posteriormente revocada. El juez Amit Mehta, quien supervisa el caso, no emitirá un fallo definitivo hasta agosto de 2024, y cualquier resolución podría ser apelada.
Entre las medidas más destacadas se encuentra la venta obligatoria de Chrome. Según los fiscales, esta desinversión es esencial para “romper el control de Google sobre este punto de acceso crítico y permitir una mayor competencia”. La propuesta también prohíbe a Google otorgar privilegios exclusivos a sus productos y servicios relacionados, como Android.
Acuerdos con Apple bajo escrutinio
Uno de los aspectos más controvertidos del caso son los acuerdos multimillonarios de Google con Apple, que le garantizan ser el buscador predeterminado en dispositivos como iPhone y Mac a través de Safari. Estos tratos han sido clave para la posición dominante de Google, pero también han frenado la posibilidad de que Apple desarrolle su propio motor de búsqueda. Los fiscales proponen prohibir cualquier incentivo económico que desincentive la competencia, una medida que podría golpear a Apple más que a Google en el corto plazo.
Además de los desincentivos, la resolución obligaría a Google a compartir datos de búsqueda con sus competidores a un coste marginal. La compañía también debería licenciar su motor de búsqueda para que otros puedan utilizarlo con la misma calidad y fiabilidad, convirtiéndose en una especie de proveedor mayorista de búsquedas. Asimismo, tendría que proporcionar información detallada a los anunciantes sobre el rendimiento de sus campañas, aumentando la transparencia en su negocio publicitario.
Un desafío para Google y su modelo de negocio
Las medidas propuestas han sido duramente criticadas por la compañía. Google asegura que separar Chrome y Android “rompería” ambos productos y afectaría negativamente a los consumidores. También ha advertido que compartir datos con competidores pondría en riesgo la privacidad y seguridad de los usuarios.
El Departamento de Justicia y Google presentarán sus argumentos finales entre diciembre y abril, antes de la decisión del juez Mehta. El caso, iniciado durante la administración Trump, podría resolverse con el expresidente nuevamente en el poder, cerrando un ciclo en la histórica batalla entre Washington y Silicon Valley.