La administración de Joe Biden ha intensificado su estrategia de sanciones contra el régimen sandinista, incluyendo al Centro de Capacitación del Ministerio de Interior de Rusia en Managua (CCR). Esta acción se enmarca en el contexto de la alianza entre el gobierno de Daniel Ortega y Vladimir Putin, que también incluye a Venezuela y Cuba como aliados en las Américas.
Represión de la sociedad civil
Según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el CCR es una división rusa que instruye a los agentes del régimen nicaragüense siguiendo el manual de represión del gobierno autoritario ruso. Se le atribuye un papel central en la represión de la sociedad civil y en la detención injusta de individuos que ejercen sus derechos humanos y libertades fundamentales de manera pacífica.
Un intento por frenar al centro de capacitación
Las sanciones apuntan a frenar las «tácticas represivas brutales» del centro de capacitación, el cual ha contribuido al fortalecimiento de la Policía Nacional para perpetuar la «persecución tiránica» y mantener en el poder a la pareja presidencial en Nicaragua.
Sanciones a la Policía Nacional
El gobierno estadounidense también ha sancionado a la Policía Nacional, acusada de llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales y reprimir violentamente a manifestantes pacíficos, así como a funcionarios gubernamentales, policías, jueces, fiscales y carceleros, junto con sus familiares, por apoyar los ataques a los derechos humanos. Estas sanciones incluyen restricciones de visas para viajar a Estados Unidos.
Medidas contra la migración y al comercio del oro
Además, se han impuesto sanciones a la industria de la migración ilegal, acusada de facilitar viajes irregulares y peligrosos hasta la frontera de Río Bravo, y a empresas mineras vinculadas al régimen, que comercian con oro y generan ingresos para la dictadura. El objetivo es cortar los recursos económicos que sostienen al régimen, según señaló el opositor Juan Sebastián Chamorro.
Relación entre Rusia y Nicaragua
Las relaciones entre Nicaragua y Rusia se han fortalecido en los últimos años, marcadas por una cooperación en varios ámbitos que incluyen la política, la economía y la defensa. Este acercamiento ha sido impulsado principalmente por el gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega y su afinidad ideológica con el presidente ruso Vladimir Putin.
En el ámbito político, ambos países han mantenido un respaldo mutuo en la arena internacional, apoyándose en cuestiones de interés común en foros internacionales como las Naciones Unidas. Además, Nicaragua ha expresado su apoyo a las políticas de Rusia en temas sensibles como Ucrania y Siria.