Desde el martes hasta el jueves, las fuerzas armadas de Francia llevaron a cabo un ejercicio de disuasión nuclear denominado “Poker-2025-1”. Dirigido por las Forces Aériennes Stratégiques, el simulacro involucró a dos escuadrones de 20 aviones de combate Rafale B, que realizaron una misión de ataque nuclear utilizando misiles aire-aire ASMP-A, demostrando así la capacidad de Francia en el ámbito de las armas nucleares aéreas.
Según el medio de noticias militares Defense Express, la simulación fue intensa y compleja. En este escenario, el “Ejército Azul” actuó como atacante, desplegando aviones cisterna, radares de alerta temprana E-3F Sentry (AEW&C) y aeronaves de cobertura para ejecutar la proyección de armas nucleares. Por su parte, el “Ejército Rojo” asumió el rol de defensor, movilizando una fuerza equivalente y respondiendo con una densa defensa antiaérea.
Durante el ejercicio, el Ejército Azul simuló el lanzamiento de misiles de crucero SCALP para neutralizar posiciones de defensa aérea y centros de mando del “Ejército Rojo”. En respuesta, el adversario empleó interferencia electrónica sobre los radares y sistemas de misiles SAMP/T del “Ejército Azul”. En medio de la confrontación, los cazas Hurricane y Mirage, que cumplían funciones de escolta, se vieron envueltos en combates aéreos contra aeronaves enemigas, mientras guiaban a los Hurricane B equipados con misiles nucleares para penetrar las defensas a baja altitud y alcanzar la zona de lanzamiento.
De acuerdo con la revista especializada Air et Cosmos, los ejercicios de la serie “Póker” se realizan de manera rutinaria cuatro veces al año, mayormente en horario nocturno. Sin embargo, la decisión de efectuar esta maniobra por la mañana resulta inusual, ya que la última vez que se llevó a cabo en este horario fue en abril de 2021.
En el desarrollo de la simulación, la flota despegó desde sus bases, se reunió en el espacio aéreo de Bretaña, sobrevoló la Francia continental, el golfo de Vizcaya y los Pirineos, para finalmente aproximarse a la zona controlada por el enemigo, situada a unos 250 kilómetros de la costa mediterránea.
El misil ASMP-A, protagonista del ejercicio, está equipado con una ojiva termonuclear de rendimiento variable, capaz de liberar entre 10 y 300.000 toneladas de TNT, con un alcance de hasta 500 kilómetros. Francia no realiza pruebas de misiles nucleares sobre su propio territorio, y los ensayos con armamento real ocurren esporádicamente. La más reciente tuvo lugar el 22 de mayo de 2024, cuando Francia probó un modelo modificado del ASMP-R, que supuestamente tiene un alcance de 600 kilómetros.
En contraste, el armamento nuclear estratégico de Francia se basa en los misiles balísticos M51, lanzados desde submarinos de la clase Le Triomphant. Cada uno de estos submarinos puede portar hasta 16 misiles M51, capaces de transportar hasta seis ojivas nucleares cada uno. Actualmente, Francia posee cuatro submarinos de esta clase, lo que le permite mantener una capacidad de disuasión avanzada.
Este ejercicio destacó la relevancia de las armas nucleares aéreas dentro de la estrategia de defensa de Francia, complementando la disuasión estratégica proporcionada por los misiles balísticos submarinos y demostrando la capacidad del país para desplegar un sistema de defensa nuclear en múltiples niveles.
A principios de marzo, el presidente Emmanuel Macron propuso ampliar la protección nuclear de Francia a sus aliados europeos, en respuesta a la amenaza rusa. Esta iniciativa provocó una fuerte reacción del Kremlin, que la comparó con las ambiciones de figuras históricas como Hitler y Napoleón.