Imagen: cientos de palestinos esperan por comida en la Franja de Gaza I EFE
En plena temporada navideña, la ONG británica Christian Aid ha expuesto la dramática situación en Gaza comparando el costo de los alimentos en el territorio palestino asediado con el precio de una típica cena de Nochebuena en el Reino Unido. Según sus datos, un pollo congelado en el sur de Gaza alcanza los 40 euros, una cifra similar a las 32 libras (38 euros) que cuesta de media una cena navideña para cuatro personas en Reino Unido. Mientras que en Europa esa comida incluye pavo, coles de Bruselas y hortalizas económicas, como patatas y zanahorias, en Gaza un kilo de azúcar cuesta 130 euros, uno de café 104 y uno de tomates o cebollas 15.
El norte de Gaza, una zona sin carne y en riesgo extremo
La situación en el norte de la Franja es aún más grave. Antes de la ofensiva israelí que comenzó tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, un pollo costaba apenas cuatro euros, diez veces menos que el precio actual.
Aunque solo alrededor de un millar de los más de dos millones de gazatíes son cristianos, muchos musulmanes participaban tradicionalmente en las celebraciones navideñas, no como un acto religioso, sino como una tradición cultural. “La Navidad solía ser un tiempo de alegría para todos. Este año será diferente, lleno de recuerdos de lo que solíamos hacer”, comentó un consultor de Christian Aid.
Precios inalcanzables en un contexto de crisis humanitaria
Katie Roxburgh, directora de Christian Aid para Israel y los Territorios Palestinos Ocupados, describió un panorama desolador: “En Gaza casi no hay comida disponible, y lo poco que se encuentra tiene precios exorbitantes”. En Beit Lahia, en el norte, una familia necesita 20 euros para comprar un litro de aceite, 18 para un kilo de espinacas y 12 euros para apenas tres huevos, si tienen suerte de encontrarlos.
El bloqueo israelí: una barrera para la ayuda humanitaria
Según Oxfam Intermón, el asedio israelí ha sido el principal factor detrás de esta carestía extrema. En los últimos dos meses y medio, solo 34 camiones con alimentos y agua han recibido autorización para entrar en el norte de Gaza, y de ellos, apenas 12 lograron distribuir la carga. La ONG denunció que incluso la distribución de alimentos en una escuela en Beit Hanun terminó en tragedia, cuando el ejército israelí bombardeó el edificio poco después.
Antes de la ofensiva israelí, entre 500 y 600 camiones entraban diariamente en Gaza, permitiendo a la población mantener huertos y explotaciones agrícolas, hoy destruidos por los bombardeos.
El impacto de la inseguridad alimentaria
La ONU advirtió en junio que el 96% de la población gazatí enfrentaba inseguridad alimentaria aguda. En noviembre, ese panorama empeoró, con señales de hambruna en zonas del norte donde aún viven entre 65.000 y 75.000 personas. La desesperación obliga a muchos a buscar alimentos entre la basura, exponiéndose a enfermedades y peligros como explosivos sin detonar. Gaza, según Oxfam, tiene ahora el mayor número de niños amputados del mundo, agravado por un sistema sanitario colapsado.
Acusaciones de crímenes de guerra
El 21 de noviembre, el Tribunal Penal Internacional emitió órdenes de captura contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el exministro de Defensa, Yoav Gallant, acusándolos de crímenes de guerra por “matar de hambre a civiles”. La devastadora combinación de bombardeos, bloqueo y destrucción agrícola ha dejado a Gaza al borde del colapso humanitario.