Imagen: Hospital de Gaza. EP
Ya lo advertían las agencias de la ONU y las ONG en Gaza. Las condiciones de hacinamiento, falta de agua, desplazamientos en serie y las multitudes en tiendas de campaña acabarían traduciéndose en enfermedades, que florecen además por la presencia de restos fecales en las aguas. Ahora, las autoridades sanitarias han anunciado el primer caso de polio en Gaza en 25 años en un bebé de 10 meses que no estaba vacunado.
La polio se transmite principalmente por el consumo de agua con restos fecales. El virus ya había sido detectado en julio, en muestras de aguas residuales en seis puntos de Jan Yunis y Deir El Balah. Para comprobar si los casos sospechosos eran reales, hubo que llevar a analizar las muestras a Jordania.
La semana pasada, varias organizaciones no gubernamentales elevaron un llamamiento conjunto para solicitar acciones inmediatas y urgentes que detengan la propagación de la polio en la Franja de Gaza. Las ONG, entre las que se encuentran Acción contra el Hambre, Oxfam y Save the Children, destacaron la crítica necesidad de un alto el fuego que permita la vacunación de aproximadamente 640.000 niños menores de diez años.
Las organizaciones señalaron que la situación es extremadamente grave, ya que «toda una generación está en riesgo de infección» si no se actúa rápidamente. La ofensiva militar en curso por parte de Israel y el colapso resultante del sistema sanitario han complicado gravemente la realización de las campañas de vacunación habituales.
El camino no será fácil. Las vacunas entrarían a finales de agosto a través del aeropuerto Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, y deberían dirigirse a Gaza sin romper la cadena de frío. Tiene que haber, además, suficiente dinero en efectivo (para que la gente pueda pagar los desplazamientos), combustible y redes de telecomunicaciones operativas para informar a la población de la campaña.
La pausa humanitaria que nunca llega
Las negociaciones entre los distintos líderes políticos mundiales se centran ahora en lograr una pausa humanitaria para la vacunación. La pidió la semana pasada el propio secretario general de la ONU António Guterres y la apoya el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás en Gaza. Israel no ha respondido formalmente y el COGAT (el organismo del Ministerio de Defensa que gestiona los asuntos civiles de Gaza y Cisjordania) se limita a señalar que ha coordinado la entrada de más de 300.000 viales y que el 90% de los gazatíes están vacunados.
“Ahora que la poliomielitis está confirmada, la respuesta debe medirse en horas, no en semanas”, aseguraba la responsable de Acción contra el Hambre para Oriente Próximo, Natalia Anguera, en un llamamiento difundido este martes por unos 40 profesionales médicos y ONG, como el Consejo Noruego para los Refugiados, CARE u Oxfam.
Un corredor humanitario no es suficiente
No bastaría, según los expertos, en abrir otro corredor humanitario, porque todo está conectado en un territorio en el que la prioridad es conseguir agua y comida que se encuentran, en realidad, en los charcos de aguas con heces. El 70% de las bombas de aguas residuales están destruidas y ninguna planta de tratamiento de aguas residuales funciona de forma permanente.