La nueva legislación laboral griega, que comenzará a aplicarse en cinco días, permitirá a algunas empresas hacer trabajar a sus empleados seis días a la semana, en lugar de los cinco actuales. Además, los ciudadanos que elijan tener un segundo empleo podrán extender su jornada laboral diaria hasta las 13 horas, en lugar de las 8 actuales.
Pese a la relevancia de estos cambios, la prensa griega no ha prestado mucha atención, posiblemente porque la ley fue aprobada hace más de un año con un ajustado margen de 158 votos de los 300 posibles en el Parlamento, y también porque muchos griegos consideran la medida razonable, a diferencia del debate en otros países que busca reducir la jornada laboral.
Jornadas laborales de 48 horas y seis días
A partir del lunes 1 de julio, las empresas podrán solicitar a sus empleados trabajar hasta seis días a la semana, extendiendo la jornada de 40 a 48 horas semanales. Sin embargo, esto solo aplicará a ciertos sectores de producción intensiva y requerirá acuerdo con los trabajadores. La jornada de 40 horas seguirá siendo la norma, y cualquier extensión deberá ser notificada con al menos 24 horas de antelación. Sectores como el turismo y la hostelería están excluidos, y el sexto día de trabajo tendrá una remuneración especial, siendo un 40% superior a una jornada normal y hasta un 115% más en domingos o festivos.
Lucha contra la economía sumergida
Otra novedad es la posibilidad de extender la jornada diaria hasta 13 horas, medida diseñada para combatir la economía sumergida, ya que muchos griegos complementan sus bajos salarios con empleos adicionales no regulados. La nueva ley busca también mejorar el registro horario y la contabilización de horas extra, incentivando a las empresas a adoptar un control digital de horarios y contratos a través de una plataforma oficial.
Declaraciones de Yolanda Díaz
La reforma, aprobada en septiembre del año pasado, generó polémica cuando la vicepresidenta y ministra de Trabajo española, Yolanda Díaz, la criticó duramente, calificándola de «involución» y afirmando que «en Grecia se ha demostrado que es posible retroceder siglos en derechos laborales». Las declaraciones provocaron una respuesta del ministro de Trabajo griego, Adonis Georgiadis, quien rechazó los consejos laborales de España y sugirió que Díaz podría pedirle consejo sobre cómo reducir el desempleo en su propio país.