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La incertidumbre económica y la amenaza de una guerra comercial con Estados Unidos han llevado al gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, a unirse a la ministra laborista de Economía, Rachel Reeves, en una inusual alianza para mitigar los efectos negativos del Brexit. Nombrado en su cargo por el anterior gobierno conservador, Bailey ahora trabaja con Reeves para encontrar soluciones que mejoren las relaciones del Reino Unido con la Unión Europea, un objetivo también compartido por el primer ministro Keir Starmer.
Crece la presión para estrechar las relaciones con la UE
En la reunión anual de Mansion House, que congrega a los principales bancos y firmas de inversión del Reino Unido, Bailey destacó los riesgos económicos que surgen de las tensiones geopolíticas y la fragmentación mundial. Aunque evitó mencionar directamente a Donald Trump, sus palabras fueron interpretadas como una referencia a la reciente reelección del expresidente estadounidense, cuyo enfoque proteccionista podría poner en peligro las relaciones comerciales con Europa y el Reino Unido.
Por su parte, Reeves recordó que, aunque no existe intención de revertir el Brexit o reincorporarse a la unión aduanera, el gobierno busca «reiniciar» la relación con la UE. Esta posición, consistente con el discurso de Starmer desde su llegada a Downing Street el pasado julio, marca la voluntad del gobierno de abrir un nuevo capítulo de colaboración con Bruselas sin renunciar a la decisión del Brexit.
Un acercamiento urgente tras la elección de Trump
Hasta hace poco, el primer ministro británico manejaba con cautela su enfoque hacia la UE, pero la reelección de Trump ha incrementado la necesidad de fortalecer los lazos con Europa. La postura proteccionista de Trump amenaza con imponer altos aranceles a las importaciones, no solo de China, sino también de Europa, dejando al Reino Unido en una posición vulnerable. Los recientes desencuentros entre el equipo de Trump y el gobierno laborista complican la situación, sugiriendo que el Reino Unido podría quedar aislado, sin el respaldo de un acuerdo preferente con Washington ni la protección del mercado comunitario europeo.
El Brexit y el impacto en la economía británica
“El impacto del Brexit se ha sentido más en el comercio de bienes que en el de servicios”, apuntó Bailey en su discurso. Sin cuestionar la decisión democrática del Brexit, el gobernador subrayó los desafíos que este ha planteado para la economía británica, especialmente en términos de comercio internacional. Sin embargo, instó a aprovechar las oportunidades para reconstruir relaciones comerciales con la UE, respetando siempre la decisión tomada por los ciudadanos británicos en 2016.
El gobierno actual también tiene la intención de utilizar las cláusulas de revisión incluidas en el Acuerdo de Cooperación y Comercio firmado con la UE en 2021. Londres busca aliviar algunos controles aduaneros y veterinarios, además de lograr el reconocimiento mutuo de cualificaciones profesionales, con el objetivo de mejorar las condiciones comerciales y laborales del país sin revertir el Brexit.