Imágenes de inmigrantes haitianos votando supuestamente de manera ilegal por la candidata demócrata Kamala Harris en Georgia, videos de papeletas en llamas en Pensilvania y reportes de intentos de acceder al teléfono del candidato republicano, Donald Trump, son algunos ejemplos recientes de cómo potencias extranjeras como Rusia e Irán, y otros países, como China y Cuba, buscan intervenir en las elecciones estadounidenses de este martes.
Los servicios de inteligencia en Washington advierten que el objetivo principal de estas interferencias es poner en duda la legitimidad del proceso electoral y, en el peor de los casos, influir en el voto de los ciudadanos en una elección con consecuencias internacionales.
Estrategias de desinformación y manipulación en redes
La Oficina de la Dirección Nacional de Inteligencia (ODNI) alertó este fin de semana que el video de los inmigrantes haitianos «fue creado por agentes de la injerencia rusa» como parte de un esfuerzo de Moscú para generar dudas infundadas sobre la integridad del proceso electoral y fomentar divisiones entre los estadounidenses. Esta advertencia es una de varias emitidas por la ODNI, el FBI y otras agencias, que señalan cómo en las últimas semanas, a medida que se acerca la jornada electoral, se ha intensificado la actividad de Rusia e Irán para influir en la opinión pública mediante la difusión de contenido falso, incluyendo noticias fabricadas sobre accidentes y situaciones ficticias.
El gobierno estadounidense también denunció que Rusia trató de utilizar a influencers estadounidenses para difundir narrativas favorables a Moscú. Además, acusó a empleados de la cadena RT de contratar una productora en Tennessee para crear contenido prorruso, destinando millones de dólares para su difusión en redes. Varios influencers conservadores recibieron pagos por estos servicios, aunque han declarado desconocer la procedencia de los fondos.
Preferencias de Rusia e Irán en la contienda
Un alto funcionario de la ODNI explicó que «Rusia prefiere al expresidente de Irán prefiere a la vicepresidenta» y que Teherán sigue promoviendo la desconfianza en las instituciones políticas estadounidenses. Además, se han detectado intentos de Irán por acceder al móvil de Trump para intentar filtrar información. China, por su parte, no buscaría intervenir en la elección presidencial, pero sí en los comicios para el Congreso, donde la aprobación de leyes podría impactar los intereses de Pekín en temas como Taiwán.
El temor de la inteligencia ante posibles protestas post-electorales
Los servicios de inteligencia temen que después del 5 de noviembre, si el resultado es ajustado como prevén las encuestas, Rusia o Irán podrían incitar protestas violentas, ya sea organizándolas de manera encubierta o fomentando la participación de grupos locales. Su objetivo sería cuestionar los resultados, incrementar la polarización y obstaculizar la transición presidencial.
«Esas injerencias extranjeras para socavar la democracia de EE.UU. no terminarán el martes«, advirtió el alto funcionario de la ODNI, quien prevé un aumento en las campañas de desinformación para desacreditar los resultados electorales. Según estimaciones de inteligencia, agentes extranjeros podrían estar considerando la posibilidad de otro resultado muy ajustado en la elección presidencial o en la contienda por el control del Senado y la Cámara de Representantes.