El Gobierno de Irán ha solicitado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en respuesta a la reciente escalada de violencia en la región. Este pedido se produce tras el asesinato del líder del partido-milicia chií Hezbolá, Hasán Nasralá, y del general iraní Abbas Nilforoushane, durante los bombardeos israelíes en los suburbios de Beirut, Líbano, el pasado fin de semana.
El representante permanente de Irán ante la ONU, Amir Saeed Irvani, dirigió una carta al secretario general de la ONU, António Guterres, y a la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad, actualmente encabezada por el diplomático esloveno Samuel Zebogar. En su misiva, Irvani destacó la urgencia de abordar lo que él describe como «agresiones terroristas» por parte de Israel y los «crímenes continuos» cometidos en Líbano y en la región más amplia.
El objetivo de la reunión solicitada es «llamar la atención inmediata» de los miembros del Consejo sobre las recientes «acciones atroces» contra Líbano, así como ejercer presión para que Israel «rinda cuentas y asuma las consecuencias» de sus decisiones. Irvani enfatizó la necesidad de que el Consejo de Seguridad implemente «medidas inmediatas y decisivas» para poner fin a lo que él considera la «agresión en curso del régimen israelí».
En su declaración, el representante iraní también acusó a Estados Unidos de «obstruir» la toma de decisiones efectivas dentro del Consejo, lo que, a su juicio, ha llevado a una «parálisis» en la respuesta internacional ante la situación en Líbano.
Irvani subrayó que los ataques israelíes no solo han afectado a los líderes militares, sino que también han causado heridas a numerosos civiles inocentes. En su opinión, estos «flagrantes actos de agresión», que siguieron a una invasión brutal de Líbano por parte de Israel la semana anterior, representan una grave amenaza para la paz y la seguridad, tanto regional como internacional. Advirtió que la situación actual podría empujar a toda la región hacia una «catástrofe en toda regla».