La reciente victoria electoral de Donald Trump ha coincidido con una intensificación de la ofensiva israelí en Gaza y Líbano, donde los ataques diarios dejan decenas de muertos. Sin avances hacia un alto el fuego y mientras se espera el relevo presidencial en Estados Unidos, Israel ha lanzado una nueva fase de su incursión en el sur del Líbano, alcanzando la denominada «segunda línea» de defensa de Hizbulá. Paralelamente, los bombardeos aéreos y navales se han incrementado en intensidad y frecuencia, golpeando zonas como el suburbio de Dahiye, en el sur de Beirut. El martes se registró el día más mortal de la semana, con 78 fallecidos, seguido del jueves con 59.
Un ataque dirigido a Hizbulá
Entre los objetivos alcanzados, el domingo un bombardeo israelí mató a Mohamed Afif, responsable de medios del grupo terrorista. Según fuentes de seguridad, el ataque tuvo lugar en la sede del partido Baaz en Beirut, donde Afif se encontraba. Aunque Hizbulá no ha emitido declaraciones, Ali Hijazi, líder nacional del Baaz, confirmó la presencia de Afif en el edificio. El Ministerio de Sanidad reportó un muerto y tres heridos en el ataque.
Afif era una figura clave en el partido-milicia chií, ejerciendo como portavoz en ruedas de prensa y coordinador de visitas para periodistas desde el inicio del conflicto. También fue asesor de Hasan Nasralá, durante tres décadas, asesinado por Israel el pasado septiembre.
Un cambio en los objetivos israelíes
El ataque que mató a Afif marca una desviación de la estrategia habitual de Israel, al dirigirse contra un cargo civil. Además, tuvo lugar en Ras el Nabaa, un barrio de Beirut que alberga a muchos chiíes desplazados, y supone el primer bombardeo en más de un mes en el centro de la capital. El intenso humo provocado por los ataques en los suburbios al sur de la ciudad cubrió Beirut al amanecer.
El ejército libanés, entre las bajas
En paralelo, la ofensiva israelí ha afectado al ejército libanés, que intenta mantenerse al margen del conflicto. Dos soldados murieron en un bombardeo contra un puesto de control, sumándose a los 36 militares libaneses fallecidos desde el inicio de las hostilidades, según el primer ministro Najib Mikati.
El sábado, las tropas israelíes alcanzaron su punto más profundo en territorio libanés, aunque enfrentan una fuerte resistencia. La milicia ha ampliado su ofensiva, atacando por tercer día consecutivo la ciudad de Haifa, la tercera más grande de Israel.
La crisis humanitaria en Gaza
Mientras tanto, en Gaza, la ofensiva israelí se centra en el norte de la Franja, con bombardeos, cerco militar y el uso del hambre como táctica de guerra. En la madrugada del domingo, un ataque en Beit Lahiya destruyó un edificio residencial, dejando decenas de muertos. Según los servicios de emergencia, hasta 70 personas podrían haber estado dentro. El Ministerio de Sanidad de Hamás reportó 72 fallecidos en este ataque.
Además, un bombardeo en Jan Yunis, en el sur de Gaza, mató a cinco miembros del equipo de seguridad que escoltaban un convoy de ayuda humanitaria, que luego fue saqueado. Ataques similares contra personal humanitario se han vuelto frecuentes, mientras la situación en la Franja sigue deteriorándose.