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El ministro de Seguridad Nacional de Israel, el conservador Itamar Ben Gvir, ha instado este martes a «destruir» los «bastiones» del partido-milicia chií Hizbulá y ha defendido la necesidad de «una guerra» contra Líbano, en el contexto de los enfrentamientos derivados de los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra territorio israelí.
Las declaraciones del Gvir
Ben Gvir realizó estas declaraciones durante una visita a la localidad de Kiryat Shmona, en el norte del país, tras los incendios registrados cerca de la frontera con Líbano a causa de los ataques con proyectiles y drones lanzados desde territorio libanés por Hizbulá.
«No puede ser que nuestra tierra arda y que haya paz en el Líbano. Tenemos que quemar y destruir todos los bastiones de Hizbulá. Guerra«, expresó el político en un mensaje en su cuenta en la red social X, acompañado de un vídeo en el que reiteró que «el trabajo del Ejército es destruir a Hizbulá«.
Críticas al ministro de Defensa
En otro momento, criticó al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por haber ordenado la destrucción de un puesto de avanzada ilegal establecido por colonos israelíes en el norte de Cisjordania. «Mientras Hizbulá está incendiando el norte, el ministro Gallant tiene una tarea más importante, que es enviar a las tropas para demoler un puesto de avanzada en Yair Farm«, manifestó en declaraciones recogidas por medios israelíes. Gvir pidió al primer ministro, Benjamin Netanyahu, que cesara a Gallant, acusándolo de ser «débil» ante, Hasán Nasralá, pero dispuesto a actuar contra los colonos israelíes.
Enfrentamiento entre ambos bandos
En las últimas horas, la agrupación del Líbano ha lanzado un nuevo ataque con proyectiles de mortero contra varias posiciones del Ejército de Israel en el norte del país y en los Altos del Golán, sin que se hayan reportado víctimas, según informó la cadena de televisión libanesa Al Manar, vinculada al grupo. Esta acción fue en respuesta a los bombardeos israelíes contra Líbano.
El Ejército israelí y Hizbulá, respaldado por Irán y con un importante peso político en el Líbano, han sostenido enfrentamientos desde el 8 de octubre, un día después de los ataques de Hamás que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, según cifras oficiales israelíes.