Imagen del primer ministro, Benjamín Netanyahu. Abir Sultan – Efe
Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de Francia, Emmanuel Macron ―dos de los países que integrarán un comité de seguimiento del cumplimiento del acuerdo cuya creación ha exigido el Gobierno de Benjamín Netanyahu― anunciarán en las próximas horas el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Líbano. Este martes, el gabinete de seguridad israelí tiene previsto reunirse para analizarlo, con la intención de aprobarlo. Poco después de conocerse estas informaciones, la Casa Blanca ha indicado que el acuerdo “está cerca” y las negociaciones avanzan.
El grueso del acuerdo llevaba días prácticamente cerrado y consiste en una tregua de 60 días pensada para convertirse en permanente. El ejército israelí permanecería durante ese periodo en el sur del país ―donde ha ido avanzando desde octubre demoliendo aldeas enteras― y Hizbulá retiraría sus milicianos y armas al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera. Pasados esos 60 días, las Fuerzas Armadas libanesas desplegarían allí miles de soldados para garantizar el cumplimiento de su parte de la resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la guerra de 2006 con los mismos contendientes. Israel no creará una zona tampón, como hizo en el pasado y pedía ahora una parte de su liderazgo.
Formalmente, se trata de un acuerdo indirecto entre Israel y Líbano (no tienen relaciones diplomáticas) a través de Washington. En la práctica, el acuerdo es con Hizbulá, ya que las Fuerzas Armadas de Líbano se han esforzado en permanecer al margen del conflicto, pese a que han perdido al menos 45 soldados por bombardeos israelíes durante los 13 meses de hostilidades, que Israel convirtió en guerra abierta el pasado septiembre. El presidente del Parlamento Nabih Berri ha sido el encargado de trasladar las posiciones de Hizbulá.
¿Qué dice el acuerdo?
En primer lugar, Israel y Hizbulá habrían accedido a un desarme del sur de Líbano en una fase inicial de 60 días, durante la que las tropas israelíes se retirarán y Hizbulá se replegará al norte del río Litani, cumpliendo con la retirada de personal armado desde la Línea Azul que estipula la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, establecida tras la guerra de 2006.
Después, el Ejército de Líbano desplegaría en su lugar millas de soldados en el área vacía. La misión de paz de la ONU en Líbano, la FINUL, participaría en el despeje de la zona. Las tropas francesas también estarán implicadas en esta labor de supervisión.
En tercer lugar, se crearía un organismo internacional de supervisión, encabezado por Estados Unidos, para que se cumpla el alto el fuego, en el que también estarían implicados Reino Unido, Alemania y Francia. Israel se oponía a la presencia de Francia en el grupo, a raíz de las tensiones entre ambos países después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, sugiriera en octubre un embargo de armas a Israel para forzarle a una tregua que también abarcara a Gaza. Líbano se oponía a la del Reino Unido, si bien la concesión israelí a la presencia de Francia facilitó que accediera.
Tras los 60 días, el acuerdo incluye negociar la demarcación de la frontera entre ambos países, ya que en la actualidad hay una divisoria, la Línea Azul, fijada por la ONU tras la guerra de 2006. Israel asegura que no pretende establecer una zona de amortiguación en el sur de Líbano, pero tampoco devolverá a los presos de Hizbulá tomados durante el conflicto en Líbano.