De izquierda a derecha, Viktor Orbán (Hungría), Matteo Salvini (Italia), Jaroslaw Kaczynski (Polonia), Heinz-Christian Strache (Austria), Jussi Halla-aho (Finlandia), Jimmie Akesson (Suecia) y Alexander Gauland (Alemania).JI SUB JEONG-HUFFPOST
En los últimos años, la presencia de la extrema derecha en el panorama político europeo se ha ido consolidado, contra todas las previsiones que anticipaban su retorno y la posibilidad de establecer barreras para su acceso al poder en los países de la Unión. Este fenómeno se manifiesta en diversos gobiernos nacionales y regionales, incluyendo a España, y amenaza con aumentar su representación en el Parlamento Europeo, dando voz a discursos xenófobos y homofóbicos.
Por otro lado, sus propuestas restrictivas en materia de inmigración han escalado hasta el debate en las instituciones comunitarias, especialmente debido a las políticas impulsadas por el gobierno de Giorgia Meloni en Italia.
La presidenta de la Comisión Europea y candidata del Partido Popular Europeo, Ursula Von der Leyen, ha lanzado una advertencia esta semana sobre el riesgo que representa la extrema derecha para la preservación de los valores esenciales de la Unión Europea. Si bien Von der Leyen ha mostrado cierta afinidad con Meloni, las encuestas sugieren que la extrema derecha podría ganar terreno a expensas del voto conservador. Es muy probable que la dirección que tome la Unión en la próxima legislatura dependa en gran medida de sus decisiones.
Victoria en varios países
Las encuestas publicadas en los últimos meses muestran que la extrema derecha sería la fuerza política más votada. Este fenómeno se daría en el caso de países en los que ya gobierna como Italia o Países Bajos, pero también en lugares donde ocupan un lugar importante como Francia, Austria, Alemania, Suecia o Rumanía. Por tanto, las predicciones anticipan que estas ganancias afectarían de manera negativa al Partido Popular Europeo, viendo reducido su electorado.
Sumando todos los resultados, la futura composición del Parlamento Europeo alzaría a los ultra como tercera fuerza, justo por detrás de los grandes partidos tradicionales conservadores y socialistas.
Actualmente, estos partidos se dividen en dos grandes grupos parlamentarios: Conservadores y Reformistas, donde se encuentra VOX, los Verdaderos Finlandeses o el polaco Ley y Justicia; y el de Identidad y Democracia, que reúne por ejemplo a Alternativa para Alemania, la Lega italiana o a la Agrupación Nacional francesa.
La importancia de las políticas comunitarias
Este ascenso de la extrema derecha está generando una notable agitación en las políticas comunitarias, lo que podría tener repercusiones aún más significativas en el futuro próximo. Estos partidos se han posicionado en contra de leyes de acogida de inmigrantes, de igualdad de derechos y de un apoyo continuo a Ucrania. Además, países como Hungría han mostrado una cercanía notable hacia Moscú, a pesar del rechazo total de las instituciones comunitarias al gobierno de Vladimir Putin.