En las últimas 24 horas, la situación en el conflicto israelo-palestino se ha intensificado significativamente. Las Fuerzas de Defensa de Israel han llevado a cabo una serie de operaciones aéreas que han resultado en la muerte de alrededor de 70 miembros de Hezbolá y más de 40 combatientes de Hamás.
Operaciones aéreas
Según un comunicado emitido por el Ejército israelí, los aviones de combate han atacado más de 120 objetivos relacionados con la milicia chií libanesa Hezbolá. Los ataques se han centrado principalmente en la localidad de Dahiya, donde se han destruido instalaciones de producción y mantenimiento de armamento, así como un almacén de suministros de la organización. Estas operaciones han sido dirigidas por la División de Inteligencia del Ejército.
El sur de Líbano también ha sido escenario de enfrentamientos, con ataques dirigidos a infraestructuras militares utilizadas por la unidad aérea de Hezbolá. En estos enfrentamientos, se ha reportado la identificación de terroristas disparando contra las fuerzas israelíes, lo que ha llevado a acciones directas por parte del ejército hebreo.
Paralelamente, las FDI han intensificado sus operaciones en la Franja de Gaza. En Yabalia, un área del norte del enclave palestino, se han registrado enfrentamientos que resultaron en la eliminación de más de 40 combatientes de Hamás. Los informes indican que estas acciones incluyeron ataques a múltiples instalaciones militares.
El uso de tácticas de combate aéreo ha permitido a Israel ejecutar operaciones precisas y rápidas, buscando minimizar el riesgo para sus propias fuerzas mientras maximiza el impacto en las organizaciones que consideran terroristas.
La intensificación de los ataques y la alta cifra de bajas en las filas de Hezbolá y Hamás ponen de manifiesto el estado crítico del conflicto. Las acciones de las FDI parecen responder no solo a las provocaciones recibidas, sino también a un intento de reafirmar su postura de seguridad en un entorno que se percibe cada vez más volátil.