La Guardia Revolucionaria iraní, uno de los cuerpos militares más influyentes de Irán, confirmó el fallecimiento de Nilforushan, subcomandante de operaciones de la fuerza terrestre. Este alto mando, sancionado por Estados Unidos en 2022 por su papel en la represión interna en Irán, era una figura destacada dentro de la estructura militar del país.
La muerte de Hassan Nasrala, líder histórico de Hizbulá, bajo el mismo bombardeo . Hizbulá es uno de los principales aliados de Teherán en la región y ha jugado un rol fundamental en la estrategia iraní de proyección de poder. El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, ha declarado cinco días de luto por Nasrala y prometido represalias, advirtiendo que Israel sufrirá «golpes más contundentes» por parte de sus aliados.
En las primeras horas tras el ataque, Irán se ha limitado a condenar el bombardeo a través de comunicados oficiales y declaraciones en Naciones Unidas, además de llamar a la movilización de los musulmanes en apoyo a la causa de Hizbulá. Sin embargo, a pesar de estas condenas, la historia muestra que Irán tiende a evitar un enfrentamiento directo con Israel, prefiriendo usar a sus aliados en la región como intermediarios en los conflictos. No obstante, con la muerte de una figura de tan alto rango en la Guardia Revolucionaria y de Nasrala, el margen para evitar una respuesta parece cada vez más estrecho.
Las represalias de Irán en situaciones similares han incluido el uso de misiles y drones, como ocurrió en abril, cuando atacaron directamente a Israel en respuesta a otro ataque previo en Damasco que dejó siete guardias revolucionarios muertos. Sin embargo, esos bombardeos causaron pocos daños.
El ataque a Beirut también subraya el papel activo que juega Israel en la desestabilización de sus rivales en la región. Al eliminar a líderes clave de Hizbulá y a figuras de la Guardia Revolucionaria, Israel busca limitar la influencia iraní en Líbano y Siria, donde Teherán ha extendido su poder a través de estos grupos aliados. Para Israel, que considera a Hizbulá una amenaza directa para su seguridad, las acciones militares en el extranjero forman parte de una estrategia de disuasión.
Por su parte, Irán ha trabajado incansablemente para mantener su presencia e influencia en la región, capitaneando el «Eje de la Resistencia», una alianza antiisraelí que también incluye a los palestinos de Hamás y a los hutíes del Yemen. Este eje ha sido instrumental para la estrategia de Irán en contrarrestar la presencia de Israel y Estados Unidos en Oriente Medio, mientras enfrenta sanciones internacionales y presión económica.