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Con el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Europa se prepara para revivir viejas estrategias de contención comercial. El temor a una nueva ola de aranceles agresivos y un resurgimiento de la guerra comercial lleva a los países europeos, y a España en particular, a reevaluar sus relaciones con EE. UU. Durante el mandato anterior de Trump, España enfrentó un duro golpe con los aranceles del 31% a la aceituna negra de mesa, que el Departamento de Comercio estadounidense acusó de perjudicar a sus productores.
Impacto en las relaciones comerciales
El precedente de la aceituna española muestra lo difícil que resulta revertir las políticas comerciales de EE. UU. una vez impuestas, incluso bajo administraciones demócratas que en teoría favorecen el multilateralismo. El anuncio de Trump sobre imponer aranceles de entre el 10% y el 20% a todas las importaciones, y de hasta el 60% para productos de China, podría costarle a la Unión Europea unos 180.000 millones de euros, según el Instituto de Economía Alemana. A pesar de esta amenaza, el impacto real dependerá de cómo se desarrollen las políticas comerciales en la práctica.
España y el comercio con EE.UU.
Aunque EE. UU. representó en 2023 el sexto cliente para las exportaciones españolas, con un 4,93% del total, España está algo menos expuesta a este mercado que otros países europeos. No obstante, una escalada en la guerra comercial afectaría a la economía española indirectamente, sobre todo en sectores como el automovilístico y otras industrias intermedias. Alemania, principal socio exportador de EE.UU. en la UE y clave en la economía europea, podría verse especialmente afectada, lo que a su vez impactaría en España debido a la interdependencia económica dentro de la eurozona.
Posibles repercusiones económicas y monetarias
Según James Knightley, economista jefe de ING, una guerra comercial podría agravar la ya debilitada economía de la eurozona y llevarla a la recesión. España, aunque menos vulnerable que Alemania, también sentiría los efectos. Además, la apreciación del dólar frente al euro tras la victoria de Trump encarecería las importaciones de energía para España, contribuyendo a un aumento inflacionario en Europa. Este encarecimiento de los recursos energéticos se agrava al afectar al sector financiero español, ya que la depreciación de monedas emergentes como el peso mexicano o la lira turca influye negativamente en bancos como BBVA y Santander, activos en esos mercados.
Dudas sobre la política monetaria del BCE
El efecto inflacionario de una potencial guerra comercial, al encarecer productos importados, podría hacer que el Banco Central Europeo (BCE) suavice su estrategia de recorte de tipos de interés, que, en cambio, podría mantenerse en niveles altos para contrarrestar cualquier repunte inflacionario. Sin embargo, si los aranceles frenan el crecimiento económico, Fráncfort podría verse forzado a una reducción de tipos más drástica. Según Goldman Sachs, los aranceles del 10% proyectados para los productos europeos podrían restar un 1% al PIB de la eurozona, afectando a Alemania con mayor intensidad y a España en menor medida.