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Los movimientos en el tablero de la geopolítica son impredecibles. Un día, la Unión Europea impone aranceles para proteger su industria automotriz del avance de los coches eléctricos chinos y, poco después, China responde abriendo una investigación que amenaza a la industria porcina española. Este es el escenario que ha acompañado a Pedro Sánchez durante su reciente visita a China, y es una de las razones por las que el gobierno español ha suavizado su postura inicial a favor de las barreras comerciales con el país asiático.
Dos sectores estratégicos en el punto de mira
En juego están dos industrias clave para España, aunque con diferentes razones. Por un lado, el sector automotriz, uno de los pilares de la exportación española, que genera miles de millones de euros en ventas al exterior. Por otro, la industria porcina, más pequeña pero vital para las zonas rurales y despobladas del país. Además, están en riesgo las importantes inversiones chinas en Europa, que podrían verse afectadas si las tensiones comerciales se intensifican.
Aranceles a los coches eléctricos chinos
El 12 de junio, Bruselas aprobó la aplicación de aranceles de hasta el 38% sobre los coches eléctricos chinos, una medida que se sumó al 10% ya existente para las importaciones. Esta decisión, que encarece considerablemente la adquisición de vehículos eléctricos chinos en Europa, se hizo oficial el 4 de julio. El motivo detrás de esta decisión es la sospecha de que el gobierno chino ha subvencionado generosamente su industria automotriz, lo que coloca a las empresas europeas, especialmente en países como Alemania y España, en una situación de desventaja.
La respuesta china: investigación al sector porcino
El 17 de junio, Pekín anunció una investigación sobre las importaciones de carne de cerdo procedentes de la Unión Europea por presuntas prácticas anticompetitivas. Esta medida golpea especialmente a España, el principal exportador de porcino a China. De hecho, una de las tres empresas bajo investigación es española.
El sector porcino español, uno de los más dependientes del mercado chino, podría verse gravemente afectado si China decide sancionar las importaciones de cerdo. En 2023, las exportaciones de productos porcinos a China generaron 1.376 millones de euros, representando una cuarta parte de todas las importaciones chinas de este producto. Además, el sector emplea directamente a unas 155.000 personas en España, muchas de ellas en áreas rurales.
La industria automotriz: un gigante de exportación
A pesar de la importancia del sector porcino, sus cifras palidecen en comparación con la industria automotriz española, que el año pasado exportó vehículos, piezas y componentes por valor de 59.000 millones de euros. Los principales destinos de estas exportaciones son países europeos como Alemania, Italia y Francia. Según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (Anfac), el sector emplea al 9% de la población activa del país.