La tensión se intensifica en Venezuela a medida que Nicolás Maduro se prepara para asumir su tercer mandato presidencial, mientras la oposición reclama que Edmundo González sea reconocido como el legítimo ganador de las elecciones del 28 de julio. La líder opositora María Corina Machado reapareció en una protesta antichavista en Caracas tras 133 días en la clandestinidad, pero fue detenida violentamente cuando agentes chavistas atacaron la moto en la que abandonaba la manifestación.
Tras los primeros momentos de confusión Human Right Watch confirmó la detención de Machado tras marcharse de la protesta que convocó este jueves para reivindicar la victoria del antichavista Edmundo González Urrutia en las presidenciales y, seguidamente, exigió su liberación.
«Hemos confirmado la detención de la lider opositora de Venezuela María Corina Machado. La comunidad internacional debe exigir al unísono su inmediata liberación«, dijo el subdirector para las Américas de HRW, Juan Pappier.
Divisiones políticas y condenas internacionales
La jornada ha estado marcada por la movilización masiva de opositores en contraste con una contramanifestación organizada por el chavismo para respaldar a Maduro. Estas marchas reflejan la creciente polarización en un país gobernado por el chavismo desde hace 26 años. A nivel internacional, el apoyo al régimen de Maduro también se tambalea.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, uno de los últimos aliados progresistas de Maduro, anunció que no asistirá a la toma de posesión. “No podemos reconocer unas elecciones que no fueron libres”, señaló Petro en un tuit, subrayando la necesidad de nuevos comicios con garantías democráticas. Colombia, sin embargo, no romperá relaciones diplomáticas con Venezuela. La decisión de Petro fue respaldada por otros líderes de izquierda en la región, como Gabriel Boric de Chile, quien retiró a su embajador, y Luis Arce de Bolivia, quien también se ausentará del evento.
El régimen de Maduro ha endurecido su respuesta frente a la oposición. En días recientes, se arrestó al excandidato presidencial Enrique Márquez y al activista Carlos Correa. Además, se detuvo a siete supuestos “mercenarios” extranjeros, incluidos dos estadounidenses, acusados de planear actos terroristas. Estas acciones forman parte de una estrategia de represión que, según el ministro del Interior, Diosdado Cabello, incluye la amenaza de derribar aviones no autorizados, en alusión al posible retorno de Edmundo González.
Mientras tanto, González anunció su intención de viajar a Caracas para jurar el cargo que asegura le pertenece, acompañado de una delegación de expresidentes latinoamericanos. Este movimiento, junto con las manifestaciones convocadas, eleva la tensión en el país, dejando a Venezuela en el umbral de un enfrentamiento político y social crítico.