El 29 de agosto, los ministros de Exteriores de la Unión Europea se reunieron en Bruselas y llegaron a un acuerdo unánime para no reconocer los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela, donde Nicolás Maduro fue declarado vencedor. La falta de transparencia y la ausencia de actas verificables llevaron a los Veintisiete a cuestionar la legitimidad democrática del proceso electoral.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, Josep Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores de la UE, señaló que, aunque Maduro sigue siendo presidente de facto, la Unión Europea no puede aceptar su legitimidad como presidente electo debido a la imposibilidad de verificar los resultados. Borrell subrayó que, un mes después de las elecciones, no hay ninguna señal de que se presenten las actas necesarias, por lo que cualquier intento de exigirlas es ahora inútil.
#ÚLTIMAHORA El Consejo Europeo decidió no reconocer a Nicolás Maduro como presidente legítimo: "Es demasiado tarde para seguir pidiendo las actas" https://t.co/CdBsI2mQQk pic.twitter.com/JxVi4HysBx
— Monitoreamos (@monitoreamos) August 29, 2024
Durante el encuentro, el opositor venezolano Edmundo González participó de forma telemática, ofreciendo un panorama de la situación en el país y expresando su agradecimiento por la invitación para intervenir ante los Veintisiete. A pesar del consenso en no reconocer la victoria de Maduro, las fuentes diplomáticas señalaron que no hubo un acuerdo para reconocer formalmente a la oposición, lo que refleja las divisiones dentro del bloque.
España, en un intento por mantener la cohesión entre los países de la UE, promovió la discusión sobre la posibilidad de imponer sanciones adicionales a Venezuela. Sin embargo, no se alcanzó un consenso al respecto,
