La Unión Europea (UE) ha convocado a consultas en Bruselas a su embajador de Niamey, la capital de Níger, tras las tensiones con las autoridades de transición del país en relación con la ayuda humanitaria de la UE a las víctimas de las inundaciones en la nación de África Occidental.
El gobierno de Níger acusa a la UE de injerencias en sus asuntos internos
«La Unión Europea ha tomado nota de la declaración emitida por las autoridades de transición de Níger, desafiando las modalidades y la gestión de la ayuda humanitaria proporcionada por la Delegación de la UE a las víctimas de las graves inundaciones en el país», se lee en el comunicado. Este desacuerdo marca un nuevo deterioro de las relaciones entre Europa y las juntas militares sahelianas.
El viernes, el gobierno de transición de Níger criticó a la UE por asignar 1,3 millones de euros en ayuda humanitaria sin consulta previa. Un comunicado del gobierno acusó al embajador de la UE de redistribuir estos fondos a las ONG «unilateralmente», supuestamente ignorando los principios de transparencia y eludiendo la colaboración con las autoridades nigerinas. Se solicitó una auditoría de la gestión del fondo.
En respuesta, un portavoz de la UE expresó su «profundo desacuerdo» con las acusaciones de Níger, considerándolas un desafío directo a la gestión de la UE de su apoyo humanitario. En consecuencia, la UE decidió retirar a su embajador. «A la luz de la crisis a la que se enfrenta Níger, la UE ha subrayado sistemáticamente su compromiso de apoyar a la población. La ayuda humanitaria es vital, se proporciona de manera neutral, imparcial e independiente, y se implementa a través de agencias de la ONU, organizaciones internacionales y ONG. No hay justificación para politizar la ayuda humanitaria con fines políticos», se lee en el comunicado.
Unas relaciones deterioradas desde el golpe de estado del pasado año
El Estado de África Occidental ha sido considerado durante mucho tiempo un socio fiable para Europa y Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, el año pasado el país fue tomado por una junta militar que llegó al poder en un golpe de Estado, uno de varios en la región en el pasado reciente.
Al igual que otros países vecinos del Sahel ahora dirigidos por juntas, los líderes de Níger también han recurrido a Rusia en busca de ayuda en lo que se ha vendido como una liberación de las cadenas imperialistas de cooperación con las naciones occidentales. En agosto, Alemania retiró oficialmente a sus últimos soldados de Níger, poniendo fin a una misión de ocho años. En total, unos 3.200 soldados alemanes sirvieron en la región durante el despliegue.