Este domingo, Rumanía se prepara para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, un evento que podría reconfigurar la política del país. Con 14 candidatos en contienda, las encuestas sugieren que ningún aspirante alcanzará la mayoría absoluta necesaria para obtener la presidencia en esta primera ronda. Como es habitual en las democracias europeas, si ninguno de los candidatos supera el umbral del 50% de los votos, los dos más votados se enfrentarán en una segunda vuelta el 8 de diciembre.
Marcel Ciolacu
Marcel Ciolacu, el actual primer ministro y líder del Partido Socialdemócrata, parte como el gran favorito para conseguir el mayor porcentaje de votos en la primera ronda. Nacido en 1967, Ciolacu es un político experimentado que asumió el cargo de primer ministro en junio de 2023, siendo uno de los arquitectos de la estabilidad gubernamental. A pesar de las críticas a sus políticas fiscales, que algunos consideran impopulares, Ciolacu ha logrado afianzar el apoyo del electorado, especialmente a través de medidas económicas que han generado un entorno de crecimiento. Su candidatura se ve como una continuación del enfoque pragmático que ha guiado a Rumanía en los últimos años. Bajo su liderazgo, el PSD ha consolidado su posición como el partido más fuerte del país. Sin embargo, las encuestas no garantizan una victoria en primera vuelta, por lo que es probable que se enfrente a una segunda vuelta el próximo 8 de diciembre.
George Simion
En el otro extremo del espectro político se encuentra George Simion, líder del partido ultraderechista Alianza por la Unión de los Rumanos. Con una postura claramente nacionalista y euroescéptica, Simion ha generado controversia por sus vínculos con Moscú y su admiración por figuras como el primer ministro húngaro Viktor Orbán. Este candidato ha logrado captar a un segmento del electorado que se siente alienado por la élite política tradicional, gracias a su discurso contra la comunidad LGTBIQ+ y su defensa de los valores cristianos.
Simion no es un desconocido para los rumanos, antes de entrar a la política fue un conocido miembro de grupos radicales de aficionados de fútbol. Aunque ha intentado moderar su imagen, su pasado sigue siendo un lastre. Su figura polariza al país, lo que podría darle un lugar en la segunda vuelta, donde se medirá contra un candidato de más perfil moderado, como Ciolacu.
Mircea Geoana:
Mircea Geoana, quien fue vicesecretario general de la OTAN entre 2019 y 2024, representa una opción más centrista y proeuropea. Con una vasta carrera diplomática, Geoana busca ofrecer a los rumanos una alternativa basada en la estabilidad y la experiencia internacional. Sin embargo, su campaña no ha estado exenta de polémicas, como el uso de símbolos de la OTAN y las acusaciones de plagio en su tesis doctoral, lo que ha mermado su popularidad. A pesar de estos escollos, Geoana sigue siendo un candidato fuerte, especialmente entre aquellos que desean que Rumanía mantenga su curso pro-occidental, al tiempo que aboga por políticas conservadoras en temas sociales. Su carrera política internacional lo coloca en una posición privilegiada para captar el voto moderado.
Nicolae Ciuca
Nicolae Ciuca, un militar de carrera que ha sido ministro de Defensa y primer ministro, también se presenta como una opción seria y comprometida. Aunque carece del carisma de otros candidatos, Ciuca es visto como un hombre de orden y estabilidad. Apoyado por el actual presidente, Klaus Iohannis, y por el Partido Nacional Liberal , Ciuca busca transmitir una imagen de unidad y liderazgo fuerte en tiempos de incertidumbre. Aunque su perfil no despierta grandes pasiones, su trayectoria como jefe del Estado Mayor de Defensa y su posterior paso por la política lo han posicionado como una figura respetada. Sin embargo, el reto para Ciuca será captar el apoyo de un electorado dividido, especialmente si debe enfrentarse a Ciolacu en una segunda vuelta.
Elena Lasconi
Por último, Elena Lasconi, alcaldesa de Campulung Muscel y candidata de la Unión Salvar Rumanía, ha logrado captar atención por su discurso nacionalista y su postura conservadora. Aunque menos conocida que los grandes nombres de la política rumana, Lasconi ha ganado visibilidad por su presencia mediática y su imagen como defensora de los valores tradicionales. En su campaña, se ha presentado como la «voz de millones de rumanos», lo que le ha valido el apoyo de un segmento de la población desilusionado con la clase política.
Su postura firme contra el gobierno de Orbán, especialmente en relación con la tensión histórica por Transilvania, ha generado simpatía entre quienes se sienten incómodos con la influencia húngara en la región. Aunque no se le considera una amenaza seria para la presidencia en esta primera vuelta, su creciente popularidad podría darle un lugar destacado en las futuras elecciones.