Un abogado de Pittsburgh, que representa a dos hombres gravemente heridos en el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump el pasado 13 de julio, está buscando respuestas y rendición de cuentas tras el incidente. James Copenhaver, de 74 años, y David Dutch, de 57, sufrieron lesiones que alteraron sus vidas tras recibir dos disparos durante una manifestación política.
Joseph Feldman, abogado de las Oficinas Legales de Max C. Feldman, expresó su determinación de esclarecer lo sucedido, ya sea a través de investigaciones en curso o mediante la presentación de una demanda. «Creo que llegaremos al fondo de este asunto en algún momento», declaró Feldman, señalando que su oficina está explorando diversas vías para garantizar que se rindan cuentas por el tiroteo.
Las víctimas, actualmente en proceso de recuperación en sus hogares, han experimentado contratiempos en su camino hacia la rehabilitación, pero siguen comprometidos con la búsqueda de respuestas. Entre las principales inquietudes se encuentra cómo el atacante, identificado como Thomas Crooks, logró acceder al techo de un edificio cercano y disparar contra Trump desde unos 150 metros de distancia. El edificio en cuestión, propiedad de American Glass Research, AGR, estaba ubicado cerca del mitin pero fuera del perímetro oficial de seguridad.
Feldman cuestionó la eficacia de las medidas de seguridad proporcionadas por el gobierno federal durante el evento, destacando las inversiones significativas en recursos de seguridad que realiza el país. «Somos los Estados Unidos de América. Invertimos toneladas de dinero en recursos de seguridad, especialmente en lo que respecta al gobierno federal. Y si uno va a un mitin para brindar apoyo político a un político… la seguridad la proporciona el gobierno federal, y falla», afirmó.
Las víctimas del tiroteo quieren que se rindan cuentas
Además, el abogado y sus clientes se preguntan cómo Crooks pudo estacionar su vehículo y operar un dron a solo 200 metros del lugar donde Trump tenía previsto hablar. El director del FBI, Christopher Wray, testificó en una audiencia en el Congreso que Crooks había estado en el lugar durante unos 70 minutos antes del atentado. «¿Cómo es posible que no se haya cerrado el espacio aéreo? ¿O por qué el gobierno federal no envió sus propios drones para vigilar la escena?», cuestionó Feldman, quien tiene experiencia militar, habiendo servido en el ejército estadounidense durante siete años y pasado cerca de un año en Afganistán.
Las preguntas sobre la identidad de Crooks, su acceso a armas de fuego y dispositivos explosivos, y el contenido de su teléfono móvil, siguen sin respuesta, alimentando la incertidumbre y el deseo de justicia por parte de Copenhaver, Dutch y sus familias