El Papa León XIV ha realizado su primera salida pública desde su elección tras dos días de cónclave, visitando el santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano y posteriormente rezando ante la tumba de su antecesor, Francisco, en la basílica de Santa María la Mayor. Este gesto refuerza su cercanía con el pontífice fallecido y marca el inicio de su ministerio con un mensaje de continuidad y reflexión espiritual.
La visita al santuario en Genazzano tuvo lugar poco después de un encuentro con los cardenales que lo eligieron, en el cual destacó la importancia del diálogo valiente y el cuidado de los débiles, siguiendo la línea de Francisco. El Papa llegó al santuario alrededor de las 16:00 (hora local), donde fue recibido con vítores por cientos de personas congregadas en la plaza. En el interior, saludó a los religiosos y se detuvo a rezar ante el altar y la imagen de la Virgen del Buen Consejo, recitando junto a los fieles la oración de Juan Pablo II a la Madre del Buen Consejo.
Después de este momento de recogimiento, León XIV dirigió unas palabras a los presentes, destacando su devoción por la Virgen y expresando su deseo de llevar adelante su misión como Sucesor de Pedro. Recordó su anterior visita al santuario cuando fue elegido prior general de la Orden de San Agustín y reiteró su confianza en la Virgen como guía en su pontificado.
A su regreso a Roma, el pontífice se trasladó a la basílica de Santa María la Mayor, donde está enterrado Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años. León XIV fue recibido con muestras de cariño por los fieles antes de arrodillarse y rezar en silencio ante la tumba de su predecesor. Este gesto ha sido interpretado como un acto de profundo respeto y admiración hacia Francisco, a quien el nuevo Papa considera una figura clave para la Iglesia.
Con esta primera salida, León XIV ha querido reforzar la conexión con las enseñanzas de Francisco y la tradición espiritual que guiará su pontificado.