Actualmente, en Reino Unido, alrededor de cuatro millones de personas se identifican como musulmanas, según el censo de 2021. Una cifra muy elevada si tenemos en cuenta que, en 1961, el número de musulmanes era apenas de 50.000. Este ascenso ha propiciado que las personas de esta confesión estén, obviamente, cada vez más representadas en las instituciones públicas y también en la política del país. Aunque la representación llega tarde, ya que Sadiq Khan, el alcalde de Londres, fue el primer musulmán elegido para este cargo en la capital británica.
Por ejemplo, la semana pasada, Mothin Ali ganó en las elecciones locales en Inglaterra en el distrito electoral de Gipton y Harehills, en Leeds. El miembro del Partido Verde celebró la victoria al grito de “Allahu Akbar”, una expresión árabe que significa “Alá es el más grande”, y que los musulmanes como él la utilizan como alabanza a Dios. Lamentablemente, también ha sido utilizada en actos terroristas en nombre del islam.
Su intervención generó fuertes críticas, a las que Ali respondió mostrando su orgullo por representar a la “maravillosa comunidad” de Gipton y Harehills. También dijo que la “información inexacta y la tergiversación de mi discurso de aceptación me han llevado a ser objeto de mucho odio y hostilidad”, en referencia a sus palabras de “Allahu Akbar”.
Según el Partido Laborista, actualmente hay “500 concejales musulmanes en todo el Reino Unido que prestan servicios a sus comunidades a diario” y el 75% pertenecer a su formación, en la que hay una Red Laborista Musulmana. Sin embargo, la posición del partido con respecto al conflicto en Gaza, desde que su líder Keir Starmer se negó a pedir un alto el fuego unilateral a Israel, le costó votos en las zonas musulmanas en las elecciones locales y podría pasarle factura en las generales.
También la islamofobia se hace más fuerte
Para Zara Mohammed, de 33 años y secretaria general del Muslim Council of Britain, el Consejo Musulmán de Gran Bretaña, el país es “un lugar muy diverso y tiene muchas culturas y comunidades religiosas”, pero apunta a que “políticamente se está volviendo más intenso”. Se refiere al aumento “de más del 300%” de ataques y abusos islamófobos en los últimos meses.
Ante este panorama, los partidos están trabajando arduamente para determinar cómo entrará en juego el creciente voto musulmán a medida que se reorganicen los distritos electorales antes de las próximas elecciones generales.