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Este domingo, los venezolanos esperaban con ansiedad las declaraciones de la líder opositora, María Corina Machado, y del recién electo presidente Edmundo González. El exilio del diplomático ha sido un golpe emocional para la población, en un momento crítico para la democracia venezolana. «Un día triste para la democracia de Venezuela«, afirmó Josep Borrell, canciller de la Unión Europea.
Machado, consciente de la importancia de sus palabras, meditó su discurso por horas antes de hablar públicamente. “Es necesario preservar su libertad, su integridad y su vida”, declaró refiriéndose a González, cuya partida había sido previamente desmentida por su equipo.
Represión y éxodo de Edmundo González
Fuentes cercanas a la oposición confirmaron que González comunicó a Machado su intención de exiliarse en España debido a la brutal represión del régimen. Durante la semana, tanto su abogado como la propia Machado habían negado la posibilidad de un exilio. Sin embargo, el peligro para su vida se intensificó con la creciente ola de persecuciones, amenazas, y órdenes de captura, en un contexto de terrorismo de Estado, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La cifra de presos políticos ha alcanzado los 1.793, entre los que destacan 59 menores y 225 mujeres, según datos del Foro Penal. El número incluye a ocho personas con doble nacionalidad venezolana y española. Mientras tanto, las fuerzas militares y paramilitares han asesinado a 25 personas tras las protestas del 28-J, la mayoría de ellas pertenecientes a sectores populares.
Promesas de resistencia y lucha
A pesar de la adversidad, Machado reafirmó su compromiso de luchar por la democracia. “Edmundo será juramentado como presidente constitucional de Venezuela el 10 de enero”, aseguró, refiriéndose a la fecha prevista para la toma de posesión presidencial. Además, insistió en que, aunque González continuará la lucha desde el exilio, ella permanecerá en Venezuela junto a sus seguidores.
Luis Almagro, secretario general de la OEA, también respaldó la decisión de González: “Venezuela no necesita más presos políticos ni más víctimas de violaciones de derechos humanos”. Almagro destacó la importancia de que González preserve su libertad para continuar la lucha desde el extranjero.
Un país conmocionado
La noticia del exilio de González ha provocado una ola de emociones en Venezuela. Lágrimas, desesperación y desasosiego han dominado la reacción de un país que no esperaba un desenlace tan abrupto. “La obligación moral es resistir”, afirmó el dirigente opositor Pedro Urruchurtu, quien ha vivido meses de resistencia en la embajada argentina.
El dirigente Juan Pablo Guanipa, perseguido por el régimen tras la última marcha opositora, se mostró optimista a pesar del revés: “Es momento de seguir luchando hasta que se acepte el resultado electoral. Mi fe está intacta”. Sin embargo, otros líderes, como Biagio Pilieri, han sufrido la represión de manera más violenta, con Pilieri incomunicado tras ser atropellado por un vehículo policial.
Un golpe emocional para la oposición
Jesús Castellanos, experto electoral, subrayó que el exilio de González representa un duro golpe emocional para la oposición. Aunque era previsible, muchos veían en su permanencia en Venezuela un símbolo de resistencia. El temor se ha incrementado desde que Diosdado Cabello, conocido por su dureza, asumió el Ministerio de Interior, lo que ha generado aún más miedo entre la población.
Para Castellanos, aunque el régimen haya logrado su objetivo en este momento, esto no cambia la realidad electoral del 28-J. “Edmundo sigue siendo el presidente electo, incluso desde el exilio”, afirmó.