Nicolás Maduro tiene previsto permitir la entrada de Edmundo González Urrutia en Venezuela para abrirle un proceso judicial cuando el candidato opositor asuma el cargo el 10 de enero, ya sea en Caracas o en otro lugar del país. La oposición señala que Maduro evitará actuar de inmediato para no provocar una reacción internacional y esperará a que González dé pasos que puedan servir de base para una investigación.
Sin acusación formal y el peso de las actas
Aunque el régimen chavista no ha presentado una demanda oficial contra González, un documento firmado por Delcy y Jorge Rodríguez cerró los cargos contra él cuando se negoció su exilio en España. Pese a ello, el fiscal Tarek William Saab lo citó en agosto tras la publicación de las actas que acreditaban su victoria en las presidenciales de julio. El 3 de septiembre, un juzgado para delitos asociados a terrorismo ordenó la detención de González acusándolo de «usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de leyes, conspiración, sabotaje a daños de sistemas y asociación».
Tras refugiarse inicialmente en la Embajada holandesa, González pasó a la Embajada de España, desde donde negoció un salvoconducto para abandonar Venezuela. Actualmente se encuentra en Madrid y reitera que regresará para su toma de posesión el 10 de enero, aunque no revela cómo ni cuándo. Afirma contar con el apoyo de «siete millones de venezolanos» y asegura que su regreso no tendrá un ánimo revanchista.
Mientras crece la expectación por el 10 de enero, México y Colombia han anunciado que enviarán representantes al acto oficial de Maduro en Caracas. Estos países, que hace unos meses pedían al chavismo mostrar las actas de los comicios, se han distanciado de la postura de Brasil y de las naciones europeas, que no reconocen la reelección de Maduro.
España, al igual que otros socios de la Unión Europea, descarta asistir al evento del 10 de enero organizado por el régimen venezolano. Las autoridades españolas han brindado respaldo a González en su exilio y no contemplan participar en la ceremonia de Maduro, cuyos resultados electorales no consideran válidos.
El candidato opositor insiste en que su futuro gobierno no buscará represalias contra los chavistas y que cualquier posible exceso deberá ser examinado por la Justicia venezolana. Además, agradece el apoyo de dirigentes españoles y menciona el ofrecimiento de Felipe González para acompañarlo si el Gobierno de Pedro Sánchez habilita un vuelo oficial para su regreso a Venezuela.