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El reclamo se centró en las partidas presupuestarias de las universidades puesto que, a pesar de que son las mismas que en 2023, denuncian que, debido a la inflación, los recursos se han reducido en un 70% en términos reales.
Más de 150.000 asistentes en la capital
Durante la jornada de ayer, miles de estudiantes, profesores y personal universitario inundaron las calles de Argentina en una protesta masiva (más de 150.000 personas) contra los severos recortes de fondos a los centros de educación superior, aprobados por el Gobierno encabezado por Javier Milei como parte de su política de ajuste.
Una educación de calidad
Convocadas por sindicatos estudiantiles, las marchas atrajeron la adhesión de docentes, organizaciones sociales, sindicatos y fuerzas políticas, consolidando un contundente rechazo al recorte presupuestario que amenaza el acceso y la calidad de la educación universitaria pública y gratuita.
Manifestaciones por todo el país
Desde las primeras horas del día, grupos de manifestantes se congregaron en torno a las sedes de las 13 facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), para luego converger en la emblemática Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada. Con libros en mano en un gesto simbólico de resistencia, y pancartas adornadas con viñetas de la icónica Mafalda, los participantes expresaron su preocupación por el futuro de la educación en el país. En ciudades como Córdoba, la movilización fue igualmente masiva, con decenas de miles de estudiantes marchando en solidaridad, coincidiendo además con el Día Internacional del Libro.

Un protocolo controvertido
Sin embargo, el ambiente de protesta se vio empañado por la incertidumbre sobre la posible aplicación del controvertido “protocolo antipiquetes” por parte del Ministerio de Seguridad, liderado por Patricia Bullrich. La ministra Bullrich advirtió que dicho protocolo sería aplicado en una marcha que calificó como “inusual”.
La mayoría de la población porta por el sistema público
Con cerca de 2,2 millones de estudiantes matriculados en el sistema universitario público, el 80% de la población estudiantil opta por estas instituciones, en un país donde casi la mitad de la población vive en situación de pobreza. El sistema educativo estatal ha sido reconocido mundialmente por su prestigio académico y por haber sido la cuna de los cinco premios Nobel de Argentina.
Un descontento social amplio
A pesar del anuncio de un acuerdo entre el Ministerio de Capital Humano y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) respecto a los fondos, las marchas continuaron su curso. El portavoz presidencial, Manuel Adorni, calificó la protesta como una expresión política, asegurando que el tema presupuestario estaba resuelto. No obstante, la presencia anunciada de prominentes figuras políticas y sindicales, como el gobernador Áxel Kicillof y el exministro Sergio Massa, así como de la Confederación General del Trabajo (CGT) y movimientos sociales, subraya la amplitud y la profundidad del descontento social.
En medio de esta agitación, la sociedad argentina enfrenta una encrucijada crucial entre la defensa de la educación pública y gratuita y las políticas de ajuste impulsadas por el Gobierno, en un contexto de creciente desigualdad y precariedad económica.