Las calles de Bucarest fueron escenario de una multitudinaria protesta en la que miles de partidarios del ultranacionalista y prorruso Călin Georgescu exigieron la dimisión del primer ministro Marcel Ciolacu. La manifestación, convocada por el partido Alianza para la Unidad de los Rumanos (AUR), se organizó en respuesta a la crisis política que atraviesa el país tras la anulación de las elecciones presidenciales del 24 de noviembre.
Reclamo por el reconocimiento de los resultados electorales
Los manifestantes denuncian que el Gobierno de Ciolacu, del Partido Socialdemócrata (PSD), ha ignorado la victoria de Georgescu en la primera vuelta de las presidenciales. Según los asistentes, la decisión del Tribunal Constitucional de anular los comicios responde a una maniobra política para impedir que el candidato ultranacionalista llegue al poder.
La protesta reunió a decenas de miles de personas, muchas de ellas trasladadas en autobuses desde distintas provincias, según medios locales. Durante la marcha, los manifestantes acusaron al primer ministro de corrupción y exigieron el respeto al voto popular.
Mientras sus seguidores claman por su candidatura, Călin Georgescu enfrenta un complicado proceso judicial. El político fue detenido el miércoles pasado y está imputado por seis delitos, entre ellos incitación a acciones contra el orden constitucional y falsificación de información sobre los fondos de su campaña electoral.
El caso ha despertado aún más tensiones en el país. La Fiscalía rumana ha confirmado que Georgescu también es sospechoso de alentar una organización de carácter fascista o racista y de promover el culto a figuras acusadas de crímenes de guerra.
La anulación de las elecciones de noviembre ha llevado a una repetición de los comicios, programados para el 4 de mayo. Sin embargo, la Justicia aún debe determinar si Georgescu podrá volver a presentarse, con un plazo límite para la decisión fijado en el 15 de marzo.