Moldavia, dividida entre proeuropeos y prorrusos, vivió el domingo una jornada crucial en la que la presidenta Maia Sandu, abiertamente prooccidental, se perfiló como la ganadora casi segura de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Con el 94% de los votos escrutados alcanzaba el 51,3% frente al 48,7% de Alexandr Stoianoglo, su oponente respaldado por sectores prorrusos. De confirmarse estos resultados, Sandu obtendría un nuevo mandato de cuatro años en el país de Europa del Este.
Decisión crucial: Europa o Moscú
Los ciudadanos moldavos enfrentaron en esta elección la posibilidad de continuar hacia una integración europea o de inclinarse hacia la influencia del Kremlin. A pesar de la ajustada diferencia, los resultados preliminares indican que el país eligió acercarse a Europa. Este resultado estuvo muy marcado por el voto de la diáspora, ya que en territorio moldavo Stoianoglo lideraba con un 51,2% sobre el 48,8% de Sandu. Sin embargo, los moldavos en el extranjero apoyaron mayoritariamente a la presidenta, con más del 80% de los votos a su favor cuando se llevaba escrutado el 47%.
Inusual movilización y alerta por falsas amenazas de bomba
Las elecciones estuvieron caracterizadas por una elevada participación de la diáspora moldava, impulsando la afluencia de votantes de manera excepcional. Al mismo tiempo, la jornada estuvo marcada por falsas alertas de bomba en colegios electorales ubicados fuera de Moldavia, como en Liverpool, Fráncfort y Bucarest. Sandu pidió a los ciudadanos en el extranjero que no se dejaran intimidar: «¡Sois una fuerza extraordinaria! Los corruptos tienen miedo, por eso se han activado estas alertas de bombas falsas».
Injerencia y movilización de votantes desde Rusia
La jornada también estuvo teñida de acusaciones de intervención rusa. Las autoridades moldavas advirtieron sobre una «interferencia masiva» de Rusia en el proceso electoral, lo que motivó un refuerzo de la seguridad en los colegios en países como Italia, Francia y Rumania. Los medios informaron que numerosos moldavos fueron transportados desde Rusia hacia otros países, como Turquía y Azerbaiyán, para votar allí debido a la saturación de los centros de votación en Rusia.
El secretario del Consejo Supremo de Seguridad, Stanislav Secrieru, denunció el envío masivo de votantes moldavos desde Rusia, donde se habrían utilizado vuelos y autobuses chárter para trasladarlos. Además, la agencia de ciberseguridad moldava sufrió ataques, aunque se restableció el acceso a su página web rápidamente.