El expresidente peruano Alberto Fujimori ha muerto este miércoles en Lima a los 86 años, según ha anunciado su hija Keiko Fujimori en la red social X. “Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori, acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma. Gracias por tanto papá! Keiko, Hiro, Sachie y Kenji Fujimori”, ha escrito la líder del partido Fuerza Popular.
Fujimori gobernó con puño de hierro durante la década de los noventa. Cumplió 16 años en la cárcel de los 25 a los que fue condenado por ser el autor intelectual de las matanzas de los casos Barrios Altos y La Cantuta y el pasado diciembre salió de la prisión por un indulto humanitario.
No se sabe exactamente la causa de la muerte, pero Fujimori había informado previamente que se estaba sometiendo a un tratamiento contra un cáncer de lengua. De todas maneras, el político nikkei había vuelto a la primera línea en los últimos meses como influencer y youtuber y su propia hija llegó a afirmar que se presentaría a las elecciones presidenciales de 2026.
Gobierno de mano dura en Perú
Fujimori irrumpió en la política en 1990 y, desde entonces, dividió a la sociedad de Perú. Esa división, que pervive hasta el día de hoy, separa a los que ensalzan su figura, al considerar que salvó a su país del terrorismo y el colapso económico, y los que remarcan que fue un autócrata que cometió graves violaciones a los derechos humanos.
Apodado «Chino» por sus rasgos orientales, a pesar de ser descendiente de japoneses, nació en 1938 y ejerció un gobierno de mano dura en Perú entre 1990 y 2000. Fujimori dio el 5 de abril de 1992 un golpe de Estado con el apoyo de las Fuerzas Armadas que lo llevó a asumir todos los poderes del Estado, luego de cerrar el Congreso e intervenir el Poder Judicial y el Tribunal de Garantías Constitucionales.
Sus simpatizantes le reconocen la gestión económica y la guerra contra Sendero Luminoso. Por el camino, sin embargo, en Perú se perpetraron abominables crímenes orquestados desde el corazón del Estado y gravísimas violaciones de los derechos humanos, según los tribunales y múltiples organismos internacionales.
Su mandato estuvo marcado además por una trama de corrupción estructural. En septiembre del año 2000, su antiguo asesor Vladimiro Montesinos, que se encuentra en la cárcel, entregó 15.000 dólares a un congresista opositor. El soborno quedó grabado y difundido. Fujimori huyó a Japón, desde donde renunció por fax a la Presidencia, y después se fue a Chile, país que finalmente lo extraditó en 2007.