Imagen: El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ofrece una rueda de prensa en Jerusalén. OHAD ZWIGENBERG / POOLAgencia EFE
Israel y uno de sus principales aliados, Reino Unido, viven un momento de tensión diplomática. El nuevo gobierno británico dirigido por Keir Starmer decidió suspender varias licencias de exportación de armas a Israel ante el temor de que se utilicen contra las normas del derecho internacional humanitario. La suspensión afecta a componentes para la aviación militar, helicópteros y drones, entre otros materiales.
Este martes, la oficina de Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, ha publicado un hilo en X en el que califica la decisión de Reino Unido de “vergonzosa”. Le ha recordado, además, que hay cinco ciudadanos británicos entre los rehenes secuestrados por Hamás, y ha comparado la resistencia de Israel frente a Hamás con la que los británicos mostraron con los nazis. Asimismo, ha avisado de que “con armas británicas o sin ellas, Israel ganará esta guerra”.
«Israel está llevando a cabo una guerra justa con medios justos, tomando medidas sin precedentes para mantener a los civiles fuera de peligro y respetando plenamente el Derecho Internacional», proseguía Netanyahu. En este sentido, el cuestionado primer ministro israelí afirmó que, «al igual que la postura heroica de Reino Unido frente a los nazis es vista a día de hoy como vital en la defensa de la civilización común, la historia juzgará de igual forma la postura de Israel frente a Hamás y el jefe del terror de Irán».
Un embargo parcial
El Foreign Office revelaba que un informe elaborado durante dos meses mostraba signos preocupantes en relación con la actividad militar israelí en Gaza, precisando que la decisión estaba específicamente vinculada al trato degradante a los presos palestinos y a la falta de ayuda humanitaria a la población de la Franja.
El mismo informe del Ministerio británico de Exteriores reconocía no tener conclusión definitiva sobre la posibilidad de que la exportación de licencias haya contribuido a la destrucción de Gaza, pero sí la gran preocupación provocada por el nivel de destrucción y el número de muertos registrados. Según el diario británico The Guardian, las autoridades de Reino Unido excluirán del embargo parcial los componentes de los aviones de combate F-35.
En la misma línea se ha pronunciado el Gobierno británico, que insiste en que la suspensión sólo afecta a artefactos utilizados en el conflicto actual y que no compromete la capacidad defensiva de Israel. «Esta decisión no tendrá un impacto material en la seguridad de Israel, ese no es el propósito de la medida. Pero estamos obligados a revisar las licencias de exportación si existe el riesgo de que el uso de estas armas vulnere la ley internacional», ha dicho el ministro de defensa John Healey en la mañana de este martes en declaraciones a la BBC.
El volumen de armas procedentes del Reino Unido supone una pequeña parte del total importado por Israel, pero la decisión sí tiene un valor simbólico importante: es la primera vez que el Gobierno británico anuncia esta medida desde que comenzó la invasión en Gaza y también es la primera vez que se desmarca de Estados Unidos en su apoyo incondicional a Israel.
Jordania ha pedido además este martes a otros países que sigan la estela del gobierno británico y tomen esa misma decisión. El ministro de Exteriores de este país árabe pide un embargo total a la exportación de armas a Israel, cuya respuesta a los atentados de Hamás del pasado 7 de octubre ha dejado más de 40.800 muertos y cerca de 94.300 heridos.