Tombuctú, la histórica ciudad del norte de Malí y Patrimonio de la Humanidad, fue escenario este lunes de un violento ataque perpetrado por el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (JNIM), una de las principales ramas de Al Qaeda en el Sahel.
El asalto comenzó hacia las 10 de la mañana, cuando se escucharon intensos disparos cerca del campamento militar de la ciudad y en los alrededores del aeropuerto, ubicado a dos kilómetros del centro urbano, según confirmaron las Fuerzas Armadas Malienses (FAMa), funcionarios locales y residentes en contacto con la agencia AFP.
La gobernación de Tombuctú confirmó un “intento de infiltración” en la base militar y el lanzamiento de proyectiles contra el aeropuerto. “La ciudad está bajo fuego”, declaró un periodista local por teléfono.
El ejército afirma haber recuperado el control tras el ataque
Las autoridades militares comunicaron que al mediodía la situación estaba “bajo control”. En un comunicado publicado en redes sociales, las FAMa informaron de la “neutralización” de 13 atacantes, así como la destrucción de varios vehículos utilizados por el grupo armado.
El ataque fue reivindicado por el JNIM, organización que ya ha estado detrás de varios atentados recientes en Malí. Aunque no se han confirmado víctimas civiles o militares en este último asalto, una fuente de seguridad advirtió a la AFP que los yihadistas “estaban por todas partes en la ciudad”.
En el aeropuerto no se registró una incursión directa, en parte porque “los rusos están allí”, indicó la misma fuente en referencia a los mercenarios del Cuerpo de África, sucesores del grupo Wagner, aliados del actual gobierno militar de Malí.
Una escalada de ataques: Tombuctú, Boulksi, Dioura…
Este ataque forma parte de una preocupante escalada de violencia. El domingo, apenas 24 horas antes, yihadistas del JNIM tomaron un cuartel militar en Boulksi, en el centro del país. Aún no se ha divulgado el número de víctimas.
El 23 de mayo, un ataque similar en la base militar de Dioura (región de Mopti) dejó al menos 40 muertos, según informó Radio France Internationale (RFI). La serie de atentados refleja el deterioro de la seguridad desde que el gobierno de transición de Malí rompiera relaciones con Francia y apostara por el apoyo militar ruso.
Tombuctú, símbolo cultural y blanco recurrente
Tombuctú tiene un enorme valor simbólico. En 2012, la ciudad fue tomada por grupos yihadistas, que impusieron una brutal ley islámica, cometieron abusos contra la población civil y destruyeron parte de sus famosos mausoleos, provocando una condena internacional. Fue liberada sin combates en enero de 2013 gracias a la operación militar francesa Serval.
Desde los golpes de Estado de 2020 y 2021, el régimen militar de Bamako ha reorientado su política de defensa, expulsando a las tropas francesas y acercándose a Rusia. Este giro ha coincidido con un repunte de ataques como el registrado en septiembre pasado en la capital, Bamako, donde el GSIM atacó con explosivos una base militar y un aeropuerto, rompiendo años de relativa calma en la capital.