La posibilidad de un resurgir del Estado Islámico vuelve a inquietar a Europa y Estados Unidos tras los recientes atentados en Alemania y Nueva Orleans, que han hecho saltar las alarmas sobre un posible incremento de la actividad yihadista. Aunque el califato fue derrotado en 2019, la organización terrorista ha logrado mantenerse activa en Siria e Irak, llevando a cabo más de 700 ataques en los últimos cinco años contra fuerzas regulares iraquíes y lo que quedaba del régimen de Bachar al Asad.
La caída del Partido Baaz y del régimen de Asad ha dejado un vacío de poder que genera incertidumbre sobre si las nuevas autoridades rebeldes, lideradas por Hayat Tahrir al Sham (HTS), serán capaces de contener el avance del Daesh. El grupo HTS, nacido como una escisión de Al Qaeda, enfrenta limitaciones tanto en número como en capacidad militar para combatir eficazmente a los yihadistas en el vasto desierto sirio. Charles Lister, del Middle East Institute, advirtió en diciembre que los opositores no están en condiciones de lanzar una campaña efectiva contra el Daesh, lo que deja al territorio en una situación de vulnerabilidad.
Tanto Estados Unidos como Rusia comparten la preocupación por un posible resurgir del Estado Islámico. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, alertó del peligro de que el Daesh intente aprovechar el cambio de régimen en Siria, mientras que el viceministro de Exteriores ruso, Sergey Ryabkov, advirtió sobre la posibilidad de que la organización terrorista recupere fuerza en medio del proceso de transición. Esta preocupación se extiende también a Irak, donde varios oficiales han expresado su temor de que el Daesh pueda rearmarse con el material militar capturado tras la caída del régimen sirio.
Bagdad ha solicitado a Estados Unidos que reconsidere su plan de reducir la presencia militar en la región, prevista para el próximo año. El primer ministro iraquí, Mohammed al-Sudani, alertó de que el Daesh ya ha obtenido un considerable arsenal del ejército sirio, lo que podría potenciar sus capacidades bélicas y desestabilizar la región.
Respuesta militar
En respuesta a estas amenazas, tanto Israel como Estados Unidos han intensificado sus operaciones militares contra objetivos del Daesh en Siria. El 8 de diciembre, la Administración Biden informó sobre un ataque contra 75 objetivos del Estado Islámico, seguido de otro bombardeo que eliminó a doce terroristas una semana después. Días más tarde, se confirmó la muerte de tres yihadistas más, incluido un alto líder de la organización. Michael Erik Kurilla, jefe del Comando Central de EE. UU., afirmó que su país no permitirá que el Daesh aproveche la actual situación en Siria para fortalecerse.
El control de las cárceles en territorio kurdo es otro punto crítico en esta lucha. Las Fuerzas Democráticas Kurdas (FDS), que controlan alrededor del 20% de Siria, han advertido sobre los riesgos de un avance del Daesh y el posible intento de liberar a los más de 8.000 yihadistas encarcelados en sus prisiones. La tensión aumenta debido a los constantes ataques de fuerzas rebeldes aliadas de Turquía contra las posiciones kurdas, lo que podría debilitar a las FDS y facilitar el avance del Daesh.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mantiene su prioridad de combatir a las YPG, las Unidades de Protección Popular kurdas, a las que considera una amenaza terrorista. Esta postura complica la coordinación internacional contra el Daesh, ya que las YPG son el principal aliado de Estados Unidos en la región. Actualmente, EE. UU. cuenta con 2.000 soldados en Siria y 2.500 en Irak.
Lejos de sus antiguos bastiones en Siria e Irak, el Estado Islámico sigue siendo una amenaza en Europa y Estados Unidos. En marzo de 2024, un atentado perpetrado por una filial centroasiática del Daesh en una sala de conciertos de Moscú dejó al menos 150 muertos y decenas de heridos. Aunque la conexión no ha sido confirmada, el atropello masivo en Nueva Orleans el pasado 1 de enero, llevado a cabo por Shamsud-Din Jabbar, ha despertado el temor a un aumento de los ataques de lobos solitarios inspirados por la ideología yihadista.