Ya se ha cumplido el primer día de viaje de la misión Polaris Dawn en la que cuatro astronautas despegaron ayer a bordo de un cohete Falcón 9 de SpaceX, a las 11:23 hora española, desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.).
El lanzamiento estaba inicialmente previsto para el pasado 27 de agosto, pero tras dos semanas de aplazamientos —debidos primero a una fuga de helio y luego a condiciones meteorológicas adversas— este innovador vuelo espacial de cinco días despegó sin problemas y entró en órbita unos 12 minutos después, cuando la etapa superior de un cohete Falcon 9 le dio el impulso final y se separó de la cápsula Crew Dragon.
Jared Isaacman, fundador y presidente de la compañía de procesamiento de pagos Shift4, es el comandante de este vuelo espacial tripulado con el que arranca el programa Polaris, financiado por Isaacman y operado por la compañía SpaceX del también magnate Elon Musk.
Ambos empresarios pretenden, con esta misión, marcar dos grandes hitos en esta nueva carrera espacial, donde los límites del universo ya no solo los buscan las agencias gubernamentales como la NASA. En primer lugar, realizar el primer paseo espacial privado de la historia -sin la participación de astronautas de una agencia pública-. En segundo lugar, llevar a una tripulación tan lejos como no había llegado ninguna persona desde el final del programa Apolo de exploración lunar, en 1972.
Desde entonces, todas las misiones tripuladas que salen al espacio se han quedado como mucho en una órbita terrestre baja, como en la que permanece la Estación Espacial Internacional —que gira a una altura media de 420 kilómetros sobre la superficie de la Tierra—.
La misión ya ha cumplido uno de esos desafíos
SpaceX ha confirmado que, durante la pasada noche, la misión ha superado los 1.400 kilómetros de distancia de la superficie terrestre durante el apogeo de su órbita alrededor de nuestro planeta. Nunca una nave tripulada había alcanzado una órbita tan alta.
La cápsula Resilience alcanzó el nuevo récord de altura orbital casi 15 horas después de su lanzamiento. Primero completó ocho órbitas elípticas con una alta excentricidad: pasando a 190 kilómetros de altura en su punto más cercano a la Tierra y llegando a alejarse hasta los 1.200 kilómetros. Fue entonces cuando la nave realizó un nuevo encendido de sus motores, para subir el apogeo hasta los 1.400 kilómetros.
La pasada madrugada, cuando el control de la misión Polaris Dawn comunicó a nave que acababan de superar los 1.400 kilómetros de altura y estaban “más lejos de la Tierra que ninguna otra persona desde la última misión Apolo, hace más de 50 años”, Isaacman respondió: “Ahora esperamos que nuestros amigos del programa Artemisa nos lleven todavía a mayores alturas”. La NASA espera que la misión Artemisa III, en colaboración con SpaceX, lleve en 2026 por primera vez a una mujer a pisar la Luna.